El gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, busca modificar el horario y la ciudad en la que se disputará el clásico rosarino entre Newell's y Rosario Central, con el objetivo de evitar la circulación de personas en medio del aumento de contagios en la ciudad y los altos niveles de ocupación de camas de terapia intensiva.

Perotti baraja la posibilidad de trasladar el encuentro de ciudad y además propuso correr el horario de las 18.40 a las 21. El miércoles, durante la reunión de los gobernadores con Alberto Fernández, el mandatario santafesino pidió al Presidente liberar la transmisión de TV para evitar mayor circulación y aglomeraciones.

Perotti le expresó a Fernández su preocupación por lo que puede pasar el domingo en Rosario.

Otra de las alternativas que trascendió en las últimas horas está vinculada a un posible traslado de ciudad. Se definiría este jueves.

"Tenemos el 86 por ciento de camas críticas ocupadas, con 65 por ciento COVID-19. Estamos altos con los casos, tuvimos un pico de 3.000 contagios. Suspendimos cirugías y desde las 21 no tenemos circulación", explicó Perotti, para luego pedir que se abra la transmisión del partido del domingo.

Por ahora el encuentro está previsto que se juegue a las 18.40. El ministro de Seguridad de la provincia, Jorge Lagna, dijo al respecto que están en negociación con AFA para concretar el cambio de horario y que desde la organización mostraron "mayor flexibilidad".

"Planteamos que se juegue en una franja de las 20 a 21 horas, ya que luego tenemos la restricción de circulación por Covid y eso nos facilitaría el control de las personas si hubiera desborde. Eso se puede arreglar más fácil", aseguró.

Según el funcionario, las televisación abierta no está definida: "Hicimos un pedido formal con carácter excepcionalísimo. La intención es que se libere el codificado, algo que es mucho más importante para la seguridad porque evitaría aglomeraciones en bares y en casas de familia".

La situación sanitaria de Rosario es crítica, ya que no solo es una de las ciudades más golpeadas por la pandemia del coronavirus, sino que con el avance de la segunda ola tiene más del 90% de ocupación de camas de terapia intensiva, entre sistema público y privado.