El médico otorrinolaringólogo Marcos Ledesma explicó en Una Nueva Aventura la utilidad de los cascos de ventilación aprobados por la ANMAT para el tratamiento de infectados por coronavirus.

Ledesma indicó que estos cascos no reemplazarían algún tratamiento contra el Covid-19, sino que es "un escalón más que tenemos de tratamiento para evitar el el último paso que es la terapia intensiva".

En este sentido, explicó que, normalmente, el oxígeno se pueden suministrar por una gotera o por una mascarilla cuando los pacientes con coronavirus se les agrava el estado con una neumonía.

El problema llega cuando este oxígeno "muchas veces no es suficiente y el paciente empieza a sentirse agitado, se agota, empieza a bajar la saturación de oxígeno a su sangre y, lamentablemente, tiene que ir a terapia intensiva".

La solución llega de la mano de dos tecnologías, una de ellas son las cánulas nasales y la otra es el casco de ventilación, los cuales "inyectan oxígeno a presión, lo cual dilata los pulmones, el paciente sale del colapso y evita llegar a terapia intensiva", según explicó el profesional.

Con respecto al último dispositivo, Ledesma explicó que "es una escafandra completamente transparente, de plástico muy liviana, pesa menos de 600 gramos y se infla con oxígeno y aire comprimido que proviene de la cabecera de las camas de los hospitales".

"El casco tiene dos bocas, una por la cual entra oxígeno y aire comprimido -una mezcla para que el cuerpo se oxigene bien-, y por la otra sale el aire que exhala el paciente, que tiene un filtro viral y hace que ese aire que exhale, no contamine el ambiente ni el personal que lo está asistiendo", indicó.

En cuanto a las ventajas, este dispositivo redujo hasta más de la mitad las personas que llegan a terapia intensiva por complicaciones del coronavirus: "Estamos entre un 50 y un 75 por ciento de pacientes que evitan llegar a la terapia", aseguró Ledesma.

"Y, por otro lado, el costo que tiene es despreciable comparado con la terapia, porque un día de terapia intensiva cuesta 100 mil pesos", argumentó.

Por ende, "un paciente que normalmente está internado dos o tres semanas en terapia intensiva le cuesta al sistema dos millones de pesos", remarcó y agregó que "estos cascos cuestan 100 mil pesos y se pueden usar en cinco o seis pacientes".