Editorial Octubre lanzó en marzo pasado Hebe de Bonafini. Los caminos de la vida, del periodista Ulises Gorini, una biografía fotográfica de la líder de Madres de Plaza de Mayo que une la palabra con imágenes para contar quién es ella, una de las mujeres políticas más complejas de nuestra historia.

“Cuando vi el libro me dio mucha emoción, se me caen las lágrimas cada vez que lo miro. No esperaba tener una biografia con esa fuerza, el que eligió las fotos lo hizo muy bien”, contó Hebe, en diálogo con Nora Veiras en Aquí, allá y en todas partes.

El libro da cuenta, también, de la vida de Bonafini partida en dos por la desaparición de sus hijos. Kika, la de antes; y Hebe, a partir de 1977, cuando ellos, sus hijos desaparecidos, parieron a la revolucionaria.

Así lo relató la propia presidenta de Madres de Plaza de Mayo: “Yo me convertí en Hebe de Bonafini el día que se llevaron a mi hijo Jorge. El 8 de febrero se cumplieron 45 años, ese mismo día salí a la calle y nunca más volví”.

Bonafini también habló de la búsqueda de los hijos, de cómo era recorrer las calles y cómo, cuando todos callaban y miraban para otro lado, un grupo de mujeres decidió alzar la voz y convertir a los pañuelos blancos en símbolo de Memoria, Verdad y Justicia y, por qué no, en una raíz del feminismo.

“Cuando mi marido (Humberto Bonafini) empezó a ver que me iba todos los días, me decía '¿Hoy te vas otra vez?' Y yo le decía que me ayudara a cuidar a nuestra hija que había quedado. No fue fácil, aunque él siempre me ayudó mucho con los hijos y era muy diferente a los hombres de esa época”, confesó.

Hebe, una vida emblemática

Su relación con la Iglesia: “Mi hijo mayor tenía mucho contacto con los curas del tercer mundo que había en Argentina, eso me reconfortó. Una parte de la Iglesia resisitió. Eso fue un aprendizaje, aprender que no es todo lo mismo. Estaban los del tercer mundo y los que bendijeron los vuelos de la muerte. (Christian) Von Wernich hacía eso".

“Cuando fuimos al Vaticano a verlo a Juan Pablo II, nos dio un rosario a cada una. Le devolví la cruz y le dije que cruces tenía muchas y que ya no quería ninguna más”.

Presidentes latinoamericanos

“La primera vez que fui a Cuba me preguntaron qué le iba a preguntar a Fidel Castro, y les dije que por qué le había dado la mano a (Raúl) Alfonsín, porque con esa mano había firmado la Obediencia debida y el Punto final. Fidel no me atendió”.

“Cuando conocí a Hugo Chávez él no era ni presidente ni candidato ni nada, y me quería premiar para poder hablar conmigo. Pero yo dije que no recibía premios de militares. Cuando llegó a Presidente me llamó y me dijo que le debía una conversación para contarme por qué se hizo militar. Me mandó el pasaje y fui. Nos hicimos muy amigos, te llegaba al alma con lo que hacía, era muy popular”.

Su relación con Néstor Kirchner: “En su momento pedimos no votarlo porque decíamos que eran la misma mierda: Duhalde, Menem y Néstor. Me llamó Fidel y me dijo que era un diamante para no desperdiciar y que le tuviera paciencia. Pedí una entrevista y nos recibió con mucho cariño”.

Actualidad

Sobre la deuda con el FMI: “Lo más importante ahora es no pagar la deuda y que los barrios estén atendidos como corresponde. Es mentira que no va a haber ajuste, el ajuste siempre lo pagamos los pobres. No puede ser que el pan valga 300 pesos el kilo. Es todo muy desigual y desparejo. No alcanza con la tarjeta, toda esa limosna hace que la gente pierda la cabeza y no sepa que el único derecho que tiene que pedir es el trabajo y no un plato de sopa”.