Un informe del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH-UNESCO) reveló que siete de cada diez mujeres sufrió desigualdad de género y discriminación en el ámbito laboral.

Fernanda Gil Lozano, directora Ejecutiva del CIPDH, afirmó que “aunque Argentina registra una percepción positiva de los avances en materia de igualdad de género en diferentes ámbitos, la mayoría de las mujeres reconocen que siguen enfrentando grandes desventajas en el mundo del trabajo”.

La metodología de abordaje y búsqueda de información se celebró entre el 1 y el 24 de abril pasado, a partir del entrecruzamiento de datos de diferentes organizaciones e instituciones afines a la investigación académica, conjuntamente con un trabajo de campo elaborado por el propio organismo, conformado por una investigación cuantitativa en base a una muestra probabilística que se efectuó a través de encuestas presenciales (en vía pública) y telefónicas (IVR) en todo el territorio nacional, constituyendo una base de
datos articulada que permitió arribar a certeras conclusiones.

Al respecto, el informe detalló que “el estudio se elaboró a través de un cuestionario muy amplio sobre un total de 1255 casos testigos tomados sobre mujeres trabajadoras de entre 18 y 60 años, e incluyó preguntas a través de las cuales se les consultaba a las mujeres si reciben o recibieron a lo largo de su vida activa laboral algún tipo de discriminación en materia de selección de personal, salarios o acceso a posiciones de liderazgo”.

Por su parte, el sondeo también encuestó a la misma cantidad de hombres que trabajan en relación de dependencia, en base a una serie de preguntas que permitieron cotejar estadísticamente entre ambos géneros los rangos de acceso a diferentes puestos de trabajo, como así también los diversos niveles educativos y salariales.

En primer lugar, el estudio señala que el 70,7 % de las mujeres consultadas afirmó haber “experimentado algún tipo de discriminación en su carrera”.

Sobre ese total, un 42,4 % de las encuestadas consideró que “la mayor discriminación es salarial”, siendo que las mujeres afirman que cobran hasta un 20 % menos que los hombres por actividades iguales, y hasta un 50 % menos a nivel global. La diferencia también encuentra sustento en las diversas ocupaciones que alcanzan unos y otras, habida cuenta las dificultades que tienen las mujeres para acceder a puestos mejor retribuidos y de más responsabilidad.

El informe también destaca que las mujeres trabajan en peores condiciones, dado que “el 60 % de las trabajadoras está ocupada a media jornada porque no ha logrado encontrar un trabajo a jornada completa o por la dificultad para compatibilizar trabajo y familia”.

“En todo el mundo las mujeres ganan menos que los hombres y siempre tienen mayor probabilidad de tener un empleo informal. Esto, en gran medida, también se debe a un fenómeno de segregación ocupacional, que lleva a las mujeres a ocuparse de tareas mal remuneradas”, explicó Gil Lozano.

Por su parte, en segundo lugar un 30,9 % afirmó haber sentido un “trato diferencial” observando que otros compañeros varones recibieron ascensos a los que ellas no accedieron aún estando en mejores condiciones profesionales.

En este punto, destacaron que el estudio observó que las mujeres encuestadas acumulan una mejor formación que los hombres, en donde la brecha entre ambos géneros con estudios universitarios es cada vez más favorable a ellas.

"Alrededor del 40% de las mujeres en el mercado de trabajo concluyó sus estudios universitarios frente a un 27% de los hombres", desgranó el estudio.

Sin embargo, esa formación no se ve plasmada en los datos, dado que la encuesta arrojó que “sólo dos de cada diez mujeres ocupan puestos jerárquicos”. Además, dicha situación conlleva a que haya un mayor porcentaje de mujeres que están sobrecualificadas para el puesto que ocupan".

En tercer término, el 26,7 % de las encuestadas reconocieron sentirse discriminadas durante las entrevistas laborales con preguntas que “apuntaban a intereses maternales o de cuidados familiares”, dado que el tema de las licencias por embarazo y nacimiento, sumadas al consecuente desarrollo familiar aparecen como puntos de conflicto para el devenir femenino en el mundo laboral.

El trabajo también arrojó que “cinco de cada diez hombres consultados cree que la maternidad condiciona las decisiones que toma la mujer en cuanto a su vida profesional y que la mayoría de ellas bajan su rendimiento profesional por las exigencias que impone la maternidad”.

Para Gil Lozano, “este último índice demuestra que hay un agregado machista muy elevado en el´ámbito laboral que discrimina a las mujeres por su propia condición natural y las obliga a replegarse a tareas de menor valía” y agregó que "si observamos la poca cantidad de mujeres que hay en puestos de decisión, eso habla de barreras y preconceptos, que no permiten que ellas demuestren sus capacidades para conciliar la esfera laboral con la personal”.

La máxima autoridad del organismo de la UNESCO señaló que "en la teoría, las empresas dicen que promueven la inclusión y el desarrollo femenino, pero la realidad es que aún hay muy pocas mujeres en los lugares de toma de decisiones", y aseveró que “todavía falta un cambio cultural muy fuerte para lograr la preservación de los derechos humanos y la igualdad de oportunidades en el ámbito laboral".

Finalmente, y en cuanto al escenario futuro, Gil Lozano adelantó que desde el CIPDH se está trabajando fuerte para que el Gobierno Nacional cuente con bases de datos e información global que disparen estrategias y políticas públicas para promover acciones cada vez más inclusivas”.