A poco más de una semana en la que Cristina Kirchner frente a parlamentarios habló sobre el poder real, y donde advirtió que el Ejecutivo es solo una porción pequeña del poder, que mayoritariamente el poder real está por fuera de lo que se elige en las elecciones, y que es el que presiona y termina gobernando en la Argentina.

Casi como una presentación en sociedad tras sus dichos, esos sectores del poder real salieron a jugar.

En diez días la Corte Suprema de Justicia, como porción de ese poder real, se mostró a la sociedad avasallando las instituciones de la democracia y ahí está Horacio Rosatti quedándose con el Consejo de la Magistratura, violando toda legalidad.

Al rato, más temprano que tarde, salieron los tractores, aclarando que también eran parte del poder real.

El Gobierno dice que está preocupado, mira las tensiones del poder real como una serie de Netflix"

Fernando Borroni

Esto se termina mostrando como una foto real de la disputa de intereses en la Argentina. Es muy evidente, no todos lo quieren mirar.

Esto ha sido así a lo largo de nuestra historia. Si se suman los empresarios que aumentan precios sin importar la pobreza, cada vez está todo más claro. Cada vez está todo más claro.

La Corte Suprema, los sectores económicos, los ruralistas aparecen vomitando su odio, no van a cambiar, lo han hecho a lo largo de la historia.

¿Frente a esto qué? Un campo nacional y popular esquelético, desnutrido de política. La única que da elementos para discutir política desde el campo nacional y popular es Cristina Kirchner, para que luego un sector le eche agua a esa llama.

Los tractores de la vergüenza golpistas avanzan sobre el hambre y al desigualdad de miles de pibas y pibes. Desfilan sobre la gula impúdica que no tiene límites.

Ante esto, la Corte Suprema. ¿Y el gobierno qué? Dicen que están preocupados, como si no tuviesen nada que ver, miran las tensiones del poder real como si fuera una serie de Netflix.

Si te desean la muerte en cámara, no se puede pretender dialogar para que dejen de odiar".

Fernando Borroni

Los tractores agitan una bandera en nombre de la patria, que cada vez les pertenece menos y por las dudas, rápidamente, un ministro dice que no se va a aplicar la renta inesperada con el campo. ¿Dónde se va a aplicar? Un infantilismo político cómplice.

De un lado, el poder dominante marcha y muestra sus músculos; y del otro lado, el gobierno que sigue proponiendo dialogar. Si te desean la muerte en cámara, no se puede pretender dialogar para que dejen de odiar.

Mayoritariamente el sindicalismo no enfrenta el poder real – no quiero generalizar -, los medios estatales, tampoco; las organizaciones sociales, tampoco. Mayoritariamente la dirigencia política tampoco.

Las cosas se suceden por culpa del chancho y de quien le da de comer,. Habrá que empezar a hacerse cargo de que si no se quiere enfrentar, discutir con estos sectores, de a poco el campo nacional y popular se va arrodillando que más temprano que tarde gana las elecciones. Después, no le echen la culpa a un sector del campo nacional y popular.