En medio de la suba de la inflación y mientras el costo de vida se eleva sin freno, el Gobierno anunciaría este lunes una serie de políticas con el objetivo de avanzar hacia una redistribución de la recuperación económica y un shock de dinero hacia los sectores más golpeados por el aumento del costo de vida.

Una de las medidas que anunciaría esta tarde el ministro de Economía, Martín Guzmán, el regreso del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que podría cambiar de nombre, aunque el foco sería el mismo: sumar dinero a trabajadores informales y monotributistas, los sectores más golpeados por el aumento del costo de vida.

Sin embargo, una de las mayores novedades es que esta nueva entrega del programa lanzado por primera vez en la pandemia se haría a través de la recaudación de la "renta inesperada". Se trata de una manera de lograr distribuir el crecimiento económico que, pese a estar en niveles superiores a la prepandemia, no impacta en el general de los ciudadanos.

Así lo reconoció el Presidente Alberto Fernández durante un acto en Santa Fe. Allí, aseguró que el país está viviendo un proceso de crecimiento, pero sin impacto en la distribución. "Esta economía, que tiene tres patas, producir, dar trabajo y distribuir, está funcionado muy bien en las dos primeras", dijo.

¿Qué es la "renta inesperada"?

Lo cierto es que no hay una definición precisa de qué interpreta el Gobierno como "renta inesperada". Es algo que, por estas horas, está terminando de definir.

Sin embargo, a través de algunas declaraciones del ministro Guzmán se puede tener una aproximación.

"Hoy hay ganancias inesperadas que no son fruto de inversión adicional o más contratación de empleo, sino que no son fruto de un shock. Estamos buscándole la vuelta", había anticipado Guzmán en C5N.

Es decir, ganancias que no fueron el resultado de mayores inversiones, sino de una inusual suba en los valores de las commodities. Entre los productos que más subieron su valor se encuentran los cereales y oleaginosos, gas, petróleo y minerales.

Sin embargo, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, aclaró que la medida no tocaría a los productores agropecuarios. "(Guzmán) tiene en claro que el productor tiene estos costos, y tiene muy en claro cuál es la situación del productor argentino", dijo en diálogo con Radio La Red.

Y agregó: "El productor argentino no captó el precio internacional de la guerra, sino que vendió a precio preguerra. Tiene que afrontar el costo de la nueva cosecha con insumos muy altos, con el aumento de todos los costos".

En principio, la nueva carga fiscal abarcaría solo a las empresas, y sería deducible en caso que las empresas realicen inversiones o tomen personal.