La interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Cristina Caamaño, se refirió este sábado al envío de casi diez millones de datos biométricos al Ministerio de Seguridad porteño y el Centro de Monitoreo Urbano.

"Los sótanos de la democracia dejaron de existir en la AFI, que es donde el Presidente intervino, pero todos sabemos que en el gobierno de la Ciudad el Presidente no se puede meter", dijo la funcionaria.

Para Caamaño, la identificación facial en CABA de millones de personas "es espionaje" y "es delictivo". Por este motivo, consideró que todos aquellos que "se saben espiados", deberían hacer la denuncia correspondiente.

Entre los espiados están el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta, Cristina Kirchner. Así como Estela de Carlotto, Hebe de Bonafini, Juan Grabois, Myriam Bregman y hasta políticos del mismo color político como Patricia Bullrich y Elisa Carrió. También miembros de la Justicia, como Gabriela Boquin, Alejandra Gils Carbó y Raúl Zaffaroni, entre otros tantos.

El espionaje como centro de poder

En este contexto, Caamaño sostuvo que el macrismo, y en específico, el gobierno porteño, "considera al espionaje, al tener datos, como parte del poder".

"Saben con quién te reunís, adonde vas, con quién estás. Por eso han hecho lo que hicieron en la AFI, donde mandaban policías de la Ciudad en Comisión, y ahora salta esto en la Ciudad de Buenos Aires", dijo la funcionaria a la AM990. 

Y continuó: "Ellos hicieron un convenio durante el Gobierno de Macri con el Renaper. Le podían pedir datos en caso de los prófugos, que según ellos son 40 mil. Que parece demasiado, pero supongamos que es así. Igual pidieron datos sobre casi 10 millones de personas".

"Acá hay que hacer docencia para que todos se sientan preocupados: no es que solo seguían a los políticos, salen los nombres conocidos, pero han seguido a 10 millones de personas", sostuvo Caamaño.