La Cuaresma es el tiempo litúrgico previo a la Pascua que algunas iglesias cristiana —como las católicas, copta, ortodoxa, anglicana, y, con alguna variación, evangélicas— dedican a la purificación y preparación espiritual antes de la gran celebración de la Pasión de Cristo y su posterior crucifixión.

Es el periodo elegido para el arrepentimiento de los pecados y en el que las personas tienen la oportunidad de cambiar determinados aspectos para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.

¿Cuándo empieza la cuaresma?

La Cuaresma inicia 40 días antes de la Pascua, con el Miércoles de Ceniza (este año fue el 2 de marzo) —celebración en la que se incineran las ramas de olivo del Domingo de Ramos del año anterior—, y finaliza el Jueves Santo (14 de abril).

Es el día de ayuno y abstinencia, al igual que el Viernes Santo.

¿Qué se puede hacer y qué no durante la Cuaresma?

Hay tres "prácticas cuaresmales" básicas que se recomienda aplicar durante este período: el ayuno, la oración, y la caridad. Representan el perdón de las personas a sí mismas, a Dios y a los demás.

Respecto al ayuno, el Código de Derecho Canónico establece que se debe realizar entre los 18 y los 59 años. Se aconseja comer solamente un poco de alimento por la mañana y luego por la noche. Con esta práctica, el cuerpo se purifica y tiene mejor predisposición a la escucha de la oración con Dios.

En el caso de la oración, es la forma en que el cristiano conversa con Dios, pide y agradece. Con esta práctica se encomienda al Espíritu Santo.

La limosna está referida a la caridad con quienes más lo necesitan. Se trata de una entrega voluntaria y gesto solidario, sin esperar algo a cambio.

¿Por qué la Cuaresma dura 40 días?

La palabra Cuaresma proviene del latín cuadragésima. Es decir, “cuarentena” y designa los 40 días en los cuales los cristianos se preparan para celebrar la Resurrección de Cristo en el día de Pascua.

El número 40 es uno de los más significativos en la Biblia. La duración de este tiempo se basa en los cuarenta días del diluvio, y es la cantidad de años que peregrinó el pueblo judío por el desierto. Además, cuarenta son los días que Jesús atravesó en el desierto antes de comenzar su vida pública.

En la Iglesia Occidental, la Cuaresma comienza con la lectura de la Biblia del pasaje con la revelación de las tentaciones que Jesús debió sortear en el desierto, luego de la aparición del Diablo, quien le ofrece poder y riqueza a cambio de su alma.

Por este motivo, este periodo se lo reconoce como el tiempo en el que las personas luchan contra las tentaciones y se lo toma como un lapso donde se deben librar distintas pruebas. Pero no es tomado como un castigo o algo dramático, sino como una renovación interior, espiritual: durante estos 40 días el ser humano los utiliza para examinarse.