Este domingo 10 de abril se celebra el Domingo de Ramos, el primero de los días que marca el comienzo de Semana Santa para la religión cristiana.

Origen del Domingo de Ramos

Según relatan los evangelios canónicos, este día conmemora la entrada de Jesús en Jerusalén, aclamado por toda la multitud que allí se agolpaba y al que conocían como el Mesías, quien fue recibido con ramos de olivo y de palma.

En la tradición cristiana, los ramos de palma representan el símbolo de la renovación de la fe en Dios, así como de la vida y resurrección de Cristo.

A su llegada, Jesús montaba un burro mientras la gente lo recibía entre gritos de "¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!".

Durante el Domingo de Ramos tienen lugar dos momentos importantes, como son la procesión con las palmas y la lectura de la palabra de Dios, recogida en el evangelio de San Mateo.

Significado

La celebración de esta fiesta se interpreta como la aceptación de los creyentes de Jesús como hijo de Dios y como Mesías. También se conoce como la forma en que las personas agradecen a Jesús su sacrificio por el resto de la humanidad, así como la propia renovación de la fe en Dios.

Cómo es la celebración

El Domingo de Ramos supone la celebración de lo explicado en el evangelio de San Mateo. Para hacerlo, los fieles se juntan en iglesias o parroquias para así recibir la bendición en las palmas por parte de un sacerdote.

Además, tiene lugar una procesión y la Misa Solemne, en la que tiene lugar la lectura de lo descrito en la Pasión de Cristo. Todo ello con el color rojo de fondo, pues conmemora el sacrificio de Jesús y su sangre derramada por la humanidad.

Oración del Domingo de Ramos

Señor Jesús, con este mismo ramo te acompañamos hoy a recordar tu entrada en Jerusalén, con nuestra presencia en el templo dijimos que somos tus seguidores y que tú eres el rey de los reyes. Ahora te pedimos que protejas a nuestra familia de todo mal y nos conviertas en testigos de tu amor y tu paz, para que un día podamos reinar contigo en la Jerusalén celestial, donde vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.