En su editorial, la periodista y conductora de La García, Cynthia García, repasó lo que dejó el 40 aniversario de la Guerra de Malvinas. Sostuvo que hubo una fuerte interpelación a la idea de soberanía y consideró que "sobran dirigentes que la balbucean con dificultad".

Así, destacó el discurso de la vicepresidenta, a la que destacó como una "Malvinera desde Cemento", donde vinculó el inicio de la guerra con los intereses subordinados a Estados Unidos.

"Hay que defender los intereses de la mayoría. Y asumir esa defensa sin miedos. Nada es binario. Hay intereses en pugna y cada uno decide de qué lado se para", dijo.

Malvinas, una constante

40 años de la Guerra de Malvinas. Y todo lo que eso implica. Como si 40 años no fuera nada. Quien haya escuchado testimonios del inicio de la guerra este fin de semana seguramente se conmovió con esos recuerdos.

A todos nos remueve el 2 de abril. Más allá del calendario, Malvinas es una cuestión permanente. Es una constante. Malvinizar. Es interesante la conjugación.

Por la memoria histórica y por la necesidad de la transmisión. Las nuevas generaciones que entienden y conocen sobre Malvinas, o no. Los recuerdos de cada una de las generaciones que vivieron la guerra, la escucharon, la sintieron.

Pasaron 40 años y el sistema político todavía no sabe nombrar lo sucedido. O una parte del sistema político. O un tiempo del sistema político, que negó a Malvinas.

Cuando no se habla, por ejemplo, de todas las plataformas y las bases del Reino Unido. Los intereses económicos que hay detrás de Malvinas.

Pensar Malvinas en los tiempos actuales

Hay que desmilitarizar Malvinas. Era una consigna durante el kirchnerismo. Era recordar Malvinas, reclamar su soberanía, desmilitarizar, salir de la concepción cultural de la guerra, y pensar Malvinas en tiempos actuales. De eso se trata el reclamo soberano.

Que es una constante en tanto y en cuanto la actualicemos permanentemente. Sobran dirigentes que balbucean con dificultad la reivindicación de nuestra soberanía.

De ahí la importancia de las palabras de la vicepresidenta Cristina Kirchner en un acto institucional del Senado "Malvinera desde Cemento", podría decirse de ella en la jerga rockera.

Vinculó la aventura bélica de una dictadura en decadencia con la subordinación a Estados Unidos y la colonización cultural que padece la dirigencia local. Incluso, alguna del campo popular. No se puede ir a comprar al almacén con la libreta del almacenero, dijo Cristina.

Las palabras del peronismo

El peronismo tiene que volver a encontrar sus propias palabras para decirse a sí mismo y poder interpelar a las mayorías.

Los militares creyeron que los ingresos no vendrían. Supusieron que la pleitesía que rendían a Estados Unidos rendiría en neutralidad. Lo mismo, explicó la vicepresidenta, le sucedió al gabinete de Alfonsín. Tal como reseña el libro que lee, recomienda y regala.

En ese trabajo cuenta cómo el gobierno creía que la potencia imperial del norte apoyaría el proyecto privatizar del Polo siderúrgico y el Polo petroquímico, para que ambos sectores fueran más eficientes, rentables y competitivos. Error. Los estadounidenses rechazaron la ofertas.

Si Argentina prosperaba se volvería una amenaza para los intereses norteamericanos. Aquí está el quid de la cuestión. Hay que defender los intereses de la mayoría. Y asumir esa defensa sin miedos. Nada es binario. Hay intereses en pugna y cada uno decide de qué lado se para.