En su editorial, la periodista y conductora de La García, Cynthia García, analizó el pedido del Fondo Monetario Internacional (FMI) de "recalibrar" algunos aspectos del acuerdo por la guerra en Ucrania. Aseguró que es una palabra "que vuelve a surgir como palabra de época". Y que "es probable que de esta necesidad de la Casa Rosada tenga una chance de recuperar la firmeza perdida".

Además, apuntó contra la inflación. Aseguró que la suba constante de los precios le impide a la gestión de Alberto Fernández poder comunicar algunas buenas noticias económicas. "La inflación es la afección viral que le provoca disfonía al gobierno", dijo. Y aseguró que no es un fenómeno "autoconsrtuído" en la cabeza de todos los argentinos, sino de los empresarios.

"Recalibrar" expectativas

Cómo se instalan palabras de época. "Recalibrar" vuelve a resurgir. El Presidente en la entrevista que dio ayer la pone en valor. Dice que no tiene por qué ser mala. Que puede ser buena.

Pero puestas en el contexto del FMI, que ahí es donde circula, todo hace pensar que es complicado. Salvo que resurja la decisión política.

Por estos días seremos testigos de la asunción por parte del mismísimo Fondo respecto de lo que se acordó con el Gobierno argentino, que quedó viejo a esta altura por la guerra en Ucrania.

Es el organismo el que pide recalibrar. Y pide que se adelante la revisión para mayo, cuando estaba previsto que fuese en junio. Yo lo primero que les diría es por qué no respetamos las fechas. ¿Es lisa y llanamente una mala noticia? Quizás.

Pero también podría ser probable que esta necesidad de discutir los términos ofrezca a la Casa Rosada la chance de recuperar la firmeza perdida por el desgaste de la pandemia y otras fatalidades.

La disfonía del Gobierno

Hay datos auspiciosos que no se pueden celebrar en voz alta por miedo a causar irritación porque no llegan. Son datos de la macro que no llegan al bolsillo de las mayorías.

El tipo de cambio permanece estable. Las exportaciones crecen. La actividad económica supera la marcha de la prepandemia. El asunto será, como venimos recordando que dijo la vicepresidenta en diciembre de 2020, que el saldo de esa bonanza no se la queden tres o cuatro vivos.

Esto conspira contra la idea de golpearse el pecho frente al descenso del índice de desocupación. Que es cierto, debiera ser una gran noticia. Para celebrar. Un triunfo que mostrar.

Lo que problematiza ese número es la pauperización de los salarios. Los 20 puntos que el salario perdió con el gobierno de Mauricio Macri y que no se recuperaron. Que haya trabajadores con trabajo que igual son pobres. Eso es lo dramático de esta cifra que debería ser valorada.

O que el observatorio de la UCA concede que la pobreza bajó al final del 2021, pero advierte que puede subir por culpa de la inflación.

La inflación es la afección viral que le provoca disfonía al gobierno. No puede hablar. No puede anotarse un poroto en la consideración pública, porque la voracidad de los consumidores de precios torna inaudible cualquier cosa que pueda comunicarse para la propagación de las buenas iniciativas del Frente de Todos.

Por eso queda muy desgraciada la frase del Presidente de que la inflación es autoconstruída en la cabeza de la gente. En todo caso es una autoconstrucción en la cabeza de los empresarios.