En las últimas horas, Abuelas de Plaza de Mayo junto a la secretaría de Derechos Humanos y la secretaría de Medios y Comunicación Pública de la jefatura de Gabinete lanzaron el programa "Argentina te busca". La iniciativa tiene un objetivo claro: encontrar a los casi 300 nietos y nietas apropiados durante la última dictadura cívico militar que aún no conocen su verdadera identidad.

En esta tarea trabajan, desde 1987, el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), el primero de su tipo en el mundo; y, desde 1992, la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI). En diálogo con AM750 explicaron, de cara a un nuevo aniversario del golpe militar de 1976, en qué consiste su trabajo.

Un trabajo que tiene que ver con la memoria, la verdad y la justicia, en el sentido amplio con el que, año a año, se alzan las banderas y se llena la Plaza de Mayo. Con la actitud activa frente a la historia reciente. Pero también con una memoria más específica, que es la memoria del cuerpo. La memoria imborrable en el ADN del pueblo.

El camino de los nietos recuperados

El primer paso: la asesoría del CoNaDI

"El 80 por ciento de las personas que duda de su identidad se acerca a Abuelas de Plaza de Mayo", explicó a este medio Manuel Gonçalves Granada. Él es hijo de Gastón Gonçalves y Ana María del Carmen Granada, ambos perseguidos y asesinados por la dictadura militar. A través de una investigación del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) pudo, en 1997, hacerse los análisis que confirmaron su verdadera identidad. Hoy en día trabaja, codo a codo con Claudia Carlotto, en la dirección del CoNaDI.

Gonçalves Granada explica que luego las Abuelas derivan los casos la Comisión. Una Comisión que fue creada, precisamente, a pedido de los organismos de Derechos Humanos. "El organismo se hizo con la idea y la necesidad de que desde el Poder Ejecutivo haya un lugar que pueda tomar los casos de los posibles nietos. Trabajar la investigación documental y determinar si se ordena, o no, el análisis del Banco Nacional de Datos Genéticos".

Manuel Gonçalves Granada

Entonces, el primer paso en la CoNaDI es abrir un legajo y comenzar el trabajo documental. Se le pide a organismos públicos y privados información referida al caso. Allí se determina el paso a seguir: si amerita un estudio, se le otorga un turno en el BNDG o se viaja junto para tomar esa muestra. "Si esa persona está fuera de la Argentina, se envía un kit a través de una valija diplomática", explicó el Secretario Ejecutivo de la entidad.

Las otra alternativa consiste en cerrar el caso basándose en la investigación documental. Ya sea porque hay material suficiente que confirme las dudas y la verdadera identidad del nieto. O porque se puede corroborar que su origen es legal y su familia es, realmente, la que dice ser. Sobre este punto, Gonçalves comentó: "Nosotros no le planteamos dudas sobre su duda. Nosotros trabajamos sobre esa hipótesis tratando de reforzar la respuesta".

La otra vía es la judicial. A través de una investigación, la fiscalía que lleve un caso vinculado a la verdadera identidad de un nieto apropiado durante la dictadura puede ordenar hacer el estudio genético para confirmar el origen de la persona. Este fue el caso de Marcela, la nieta 129 que contó esta semana por primera vez su historia a Página 12.

El segundo paso: el trabajo del BNDG

La extracción del ADN

Entonces, cucando la investigación de la CoNaDI no alcanza para resolver el caso o cuando la justicia lo ordena, se llama al BNDG con el objetivo de hacer la pericia genética de esa persona. "En el segundo panorama se puede llegar a una instancia de allanamiento", explicó a AM750 el responsable de laboratorio en Banco, Nicolas Furman.

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También se puede aportar un dato mediante una exhumación. "Por ejemplo, cuando la persona murió y sus hijos dudan de la identidad de real de su padre y se tramita esa investigación. O que se presentó y a lo largo de lo que fue avanzando la investigación esa persona fallece. Se usa un resto óseo o un resto dental de la persona y se analiza el ADN", agregó el especialista.

El BNDG procede, en la mayoría de los casos, que son aquellos en los que las personas se presentan de forma voluntaria, con la extracción de sangre. Así lo explicó Furman: "Las muestras se guardan unas tarjetas especiales para conservarla, las FTA. Se trata de un soporte que conserva la muestra biológica y se guardan a perpetuidad. La siguiente muestra pasa al laboratorio y se comienzan los estudios".

"Una vez que se extrae el ADN se realizan diferentes estudios genéticos. Uno es el estudio del ADN mitocondrial, que es un gran área del Banco, que estudia la frecuencia de la región control. Después, otra gran área estudia lo que se llaman los marcadores STR (del inglés Short Tandem Repeats) autosómicos. Eso permite establecer vínculos sanguíneos entre personas", continuó explicando.

Y añadió: "También se estudia otros marcadores STR que se llaman de linaje, que son de cromosoma Y. Eventualmente, en casos muy raros se puede llegar a estudiar marcadores SRT de cromosoma X. Esos son para casos bastante puntuales. En líneas generales, no lo hacemos de rutina".

El equipo del Banco Nacional de Datos Genéticos

La comparación de los datos

En la actualidad, el Banco de Datos Genéticos cuenta con tres grandes bases de datos. Una primera es la de las llamadas 'personas de interés'. Jóvenes sobre los que hay dudas de su identidad. Una segunda, es la de los grupos familiares que buscan a familiares expropiados durante la dictadura. Finalmente, una tercera base de datos con información genética de madres víctimas de tráfico a quienes les apropiaron sus bebés entre los años 1976 y 1982.

"Una vez que está el perfil genético, se compara con las bases de datos. Eso arroja un valor de que se llama LR. El mismo dice la probabilidad de que esa persona integre un grupo familiar o no. Una vez que tenemos ese resultado, se realiza lo que se llama el informe pericial genético. Se cuenta como dieron los resultados, lo que se hizo, que equipos se usaron con el perfil genético de la persona", comenta el biólogo del BNDG.

Los estudios arrojan un resultado que tiene el "99,9 por ciento de certeza". Esto se debe a que "se estudia el cociente entre dos probabilidades: que la persona sea hija de tales personas desaparecidas o de que la persona sea hijo de un individuo al azar de la población". El resultado, tanto positivo como negativo, es transmitido nuevamente al CoNaDI o a la justicia, según quién haya pedido el informe.

Desde que la persona ingresa por primera vez en el Banco y se obtiene el resultado, suele haber una demora de entre dos meses y dos meses y medio.

Un posible cambio de paradigma

Furman explicó a este medio la particularidad del trabajo que realizan. No sucede en muchas partes del mundo que se hagan estudios genéticos con generaciones ausentes. Es decir, son muy pocos los institutos que estudian la identidad de una persona tomando muestras de una abuela y su nieto, sin datos sobre los padres. Esto implica un grado de complejidad mayor a los estudios de filiaciones directas.

En este sentido, el avance de la ciencia está, en este momento, abriendo la posibilidad de que el día de mañana se realicen estudios que permitan avanzar con rigor científico en casos donde hay muy poca muestra genética que comparar. Casos en los que hay varias generaciones ausentes.

"Cuando uno tiene que hacer una filiación, una maternidad, una paternidad, el vínculo es de un grado. Yo tengo la mamá, el papá y el hijo. El cálculo es directo. Cuando yo paso a nieto, ahí tengo dos grados y uno de los pasos no los tengo. Tengo cero información genética. Cuando eso pasó a bisnietos serían 3 grados. La complejidad para resolver eso es mucho mayor", explicó Furman.

Y agregó: "La cantidad de marcadores genéticos que se usan en la actualidad son del orden de entre 20 y 30. Para cuando tenés tres grados de separación entre la persona que uno está analizando y con la persona que uno lo quiere cotejar, no te alcanzan. Ahí, a medida que se fue desarrollando la tecnología, surgieron nuevos marcadores que se pueden estudiar por otras tecnologías".

Un ejemplo es la NGS, que consiste en secuenciación masiva del genoma. "Hace que uno pueda estudiar de a miles de marcadores en simultáneo. O sea que, en vez de estudiar el caso con treinta marcadores, voy a hacer la cuenta matemática, estadística, pero con miles. Entonces eso es mucho más robusto estadísticamente para obtener el resultado", añadió.

Y dijo: "Esto habilitaría la posibilidad de resolver estos casos con los bisnietos. También otros casos que que son anteriores. Por ejemplo, un grupo familiar que busca a un hijo de su de desaparecidos, pero que solamente está compuesto por el tío. Es imposible establecer en ese caso con los poquitos marcadores que te comentaba antes. Esta tecnología, que SNPs vos podés estudiar a ese tío y a ese posible nieto y hacer esta cuenta matemática estadística y podés resolver el caso".

El tercer paso: de abuela a abuela

Finalmente, el caso vuelve al CoNaDI. Ellos son los encargados de comunicar el resultado. Tanto a los jóvenes que dudaban de su identidad como a sus verdaderas familias, tanto del lado materno como paterno.

En este punto se da una situación muy emotiva: "La parte de la familia, entendiendo la historia con la que se construyeron las políticas públicas y obviamente la cercanía que muchas familias tienen con las propias Abuelas, a veces delegamos que las abuelas llamen a las abuelas de la familia que todavía vive", explicó Gonçalves Granada.

"Los citamos, si tenemos que viajar, viajamos. La idea es poder darle resultados en un ambiente de espacio de contención. Sabemos que la información que le damos le cambia la vida. Cuando está todo comunicado y trabajó sobre la revinculación de la persona con su verdadera familia, viene la conferencia de prensa en Abuelas", concluyó el referente del CoNaDI.