En un nuevo encuentro de la Escuelita de Toma y Daca, Julián Elencwajg dio una clase magistral sobre la literatura bélica y para eso habló de “Sin novedad en el frente”, la novela de Erich María Remarque que narra los horrores de la guerra desde el punto de vista de un soldado muy joven.
"Este libro se publicó por primera vez en Alemania en 1929 y fue traducido a más de cincuenta idiomas. Cuenta la historia de Paul Bäumer, quien forma parte de un grupo de soldados alemanes en el frente oeste de la Primera Guerra Mundial, donde sufren por los bombardeos y los ataques con granadas, disparos y gases", introdujo Elencwajg.
El éxito de la novela de Erich María Remarque, que fue llevada al cine en una película que ganó dos premios Oscar en 1930, inspiró a otros escritores a escribir libros sobre la crueldad que se vive en la guerra.
"Uno de esos libros fue escrito por la nieta de Erich María Remarque y esposa de Juan Carlos Precio. Sí, hablo de la escritora María Argentina Remarque de Precio, que es la autora de una novela acerca de la guerra contra la inflación llamada “Sin novedad en la góndola”. Permítanme leerles un fragmento impactante con el relato de lo que vive el protagonista", agregó el pedagogo
Fragmento de "Sin novedad en la góndola"
La guerra contra la inflación no nos da respiro. Nuestro general dijo hace años que iba a expropiar una empresa productora de alimentos que tenía una deuda multimillonaria con el Estado, pero luego dio marcha atrás. Meses más tarde, me encuentro con los precios por las nubes y no sé qué hacer porque no recibo instrucciones precisas. A veces creo que no existe ninguna estrategia contra el alza de precios y pienso que no hay forma de que salga vivo de la trinchera que cavamos cerca de un supermercado, pero me niego a perder la esperanza.
Hoy llegaron refuerzos de la División Consenso. Hablé con algunos de sus integrantes, que trataron de convencerme de que es posible ponerle al menos un freno momentáneo al avance de la inflación convocando a mesas contra el hambre con el objetivo de definir los lineamientos de las reuniones en las que se hablará acerca de la posibilidad de concertar futuros encuentros destinados a plantear la necesidad de organizar conferencias centradas en la importancia de mantener los canales de diálogo abiertos. Dejé de escuchar su explicación apenas dijeron que la correlación de fuerzas que existía no permitía tomar medidas más concretas y que la única batalla que no se pierde es la que no se da.
Horas más tarde llegaron a nuestras trincheras soldados de la División Nacional y Popular, que me aseguraron que se dedicarán a luchar contra la inflación apenas se solucione el verdadero problema central, que es el del lanzamiento de piedras contra despachos.
Algunos miembros de la División Nacional y Popular me aseguraron que la División Consenso no está capacitada para liderar la guerra contra la inflación y me confesaron que están considerando la idea de desertar para dejar al general en soledad y no quedar pegados a su derrota, pero por el momento no emprendieron la retirada por temor a perder sus medallas.
Reviso mi billetera y cuento los billetes que me quedan hasta fin de mes mientras a unos metros veo cómo remarcan los precios en las góndolas del supermercado y me preparo para lo peor. A veces fantaseo con comer pan. Hace unos días soñé que comía un asado. Cuando me desperté y abrí los ojos no pude evitar que se me cayeran algunas lágrimas. Recuerdo que en una época había carne en mi heladera. La vida en la trinchera es cada día más insoportable”.
