En su columna en La Mañana de Víctor Hugo, el periodista Fernando Borroni aseguró que el gobierno debe reconstruir la esperanza y aseguró que no se puede “titubear para garantizar la comida a los argentinos” para dar la "guerra contra la inflación".

La columna de Fernando Borroni

La esperanza está agonizando en Argentina. Es la política, toda, quien debe reconstruir la esperanza de nuestro pueblo. La esperanza viene de la mano de las posibilidades. La esperanza en política, de alguna manera, es ver y conocer el rostro de la oportunidad.

Los humanos vivimos para poder disfrutar de oportunidades. La disputa del poder es para que la mayor porción de pueblo tenga todas las oportunidades que debe tener, lo que llamamos derechos.

La disputa del poder no es otra cosa que el acceso al trabajo. Hacemos política desde muchas instancias para generar oportunidades económicas, de disfrute, de ejercicio de derechos.

Los gobiernos populares deben multiplicar las oportunidades. Gobernar es generar oportunidades.

Si se mata la oportunidad, se mata el derecho y se lesiona la democracia.

La esperanza es un valor político que todo gobierno debe poner en juego. Un gobierno popular debe enfrentar, batallar y en ocasiones acordar frente a un mercado, hay que ponerle reglas.

La "guerra contra la inflación" y el combate a la suba de precios

Cuando se habla del acceso a la alimentación se sabe la palabra oportunidad: no es tener la oportunidad de comer, es un derecho. Ningún gobierno debe titubear para garantizar la comida a los argentinos.

La guerra contra la inflación, ese enunciado cinematográfico del Presidente, requiere medidas concretas que multipliquen las oportunidades y la esperanza, que le den disputa a esos sectores.

Hay una parte del gobierno más preocupado por censurar y achicar espacios de poder a otro sector que por reconstruir la esperanza.

Ojalá la guerra contra la inflación no sea otro cuento como la mesa contra el hambre, porque este país tiene mucha hambre.

La unidad se la da a un gobierno el pueblo cuando ve cumplidos sus sueños.

No es tiempo de claudicar, hay que poner las cosas sobre la mesa. Es ahora o nunca. Es el último round, tenemos la cara llena de golpes. Hay un pueblo que sigue resistiendo frente a la desigualdad, el hambre y políticas neoliberales que no han cambiado.

Estoy convencido que va a nacer la esperanza, la va a construir el pueblo. Los que desisten cuando hay hambre entran a la historia como lo que son: que cada uno lo termine como quiera.