Maximiliano Bagnasco es conocido por sus murales maradonianos, en especial su obra de Diego Maradona en el santuario del club Argentinos Juniors. Recientemente, estrenó en el barrio porteño de Palermo un mural con la leyenda "No a la guerra" con la imagen de una mujer herida en el actual conflicto bélico entre Ucrania y Rusia y la ya simbólica escena de "La niña del Napalm", tomada en 1972 por el fotoperiodista Nick Ut en medio de la guerra de Vietnam.

De su iniciativa a favor de la paz se hicieron eco, en pocos días, medios de Francia, Suiza, España, Italia y Alemania. No es la primera vez que las obras de Bagnasco dan la vuelta al mundo, y su arte puede verse incluso en Rusia o en Estados Unidos.

La imagen que inspiró a Maxi Bagnasco. Foto AFP/ Aris Messinis

“Fue desesperadamente un grito de paz. Me escribieron de Ucrania y me dijeron que comunique un mensaje con mi street art. Eso me motivó. Siempre sé que puedo hacer algo con mi arte”, contó Bagnasco en La casa invita sobre la obra que puede verse en la esquina de Gorriti y Darwin.

El muralista había viajado a Rusia a fines de 2021, donde pintó en la ciudad de Solnechnodol’sk otro mural antibelicista. Se trata de la imagen del escritor ruso León Tolstoi, autor de la novela -"Guerra y paz", en el marco de un festival de Street Art que convocó a más de 40 artistas.

“Trato de ir por el mundo y comunciar lo que siento y pienso con el arte como lo hago desde chico, cuando mis palabras salían a través de un dibujo en una hoja”, relató.

Sobre su trabajo, Bagnasco sostiene que “el verdadero muralismo es el que se hace en protesta”, aunque su vida laboral no esté solamente abocada a ese tipo de creaciones. “Soy un muralista más comercial porque pinto lo que me dicen las marcas, pero siempre me uno a alguna causa o salgo y pinto con lo que me abunda en el corazón”, confesó.

En esa línea, señaló que el muralismo tiene, también, la capacidad de transformar lugares: de aportar vida en aquellos espacios donde abundaba “lo gris”.

¿Y los murales de Diego? Al respecto, Bagnasco sostuvo, entre risas: “Diego hizo que se conozca mi trabajo en todo el mundo. Fue la mano de Dios”.