El excandidato a Presidente de Chile y uno de los fundadores y consejero del Grupo de Puebla, Marco Enríquez-Ominami, analizó este domingo los principales desafíos que tendrá el recién asumido Gabirel Boric. Señaló que "por la pandemia, elementos externos, coyunturales y nacionales" tendrá que lidiar con "un nivel de dificultad enorme". "Va a enfrentar demonios y no soy tan optimista", sentenció.

En este sentido, en diálogo con Una vuelta al mundo por AM750 señaló que será en este contexto donde se tendrá que ver qué tan progresista es el Gobierno. Gobierno al que definió como "una continuidad de Bachelet, de la Concertación".

"Creo que Boric es una continuidad de la línea de Bachelet. Una opción legítima. Fui diputado con Bachelet. No digo esto desde la prédica, soy extremadamente crítico de las reformas que no hizo. Y, por lo tanto, él se inscribe en esa tradición", sostuvo.

¿Cómo ves la asunción de Gabriel Boric en este contexto regional?

Primero, en lo doméstico, para nosotros es una gran noticia que se vaya el incompetente, frívolo y cruel de Sebastián Piñera. Y que el país se libere de los peores cuatro años desde la dictadura.

Recuerda tú que 400 jóvenes perdieron un ojo, dos de ellos quedaron ciegos, por protestar. Estamos hablando de muertos. De una pelea de un pueblo contra otro pueblo. El de la policía contra el pueblo de Chile. Una tragedia.

Es una gran noticia que haya una ruptura. Y en eso el Presidente Boric hizo una ruptura simbólica muy importante con ese club de inútiles, supuestamente aristócratas, que destruyeron nuestra economía y nuestra institucionalidad.

En lo internacional es un gran paso, una esperanza. Yo soy más frío porque tengo desacuerdos con Boric. A quien respeto porque ganó las elecciones y a quien apoyé sin un asomo de duda. Aun así, no estamos de acuerdo en lo que viene.

Pero tengo la esperanza de que lo relevante, lo trascendente, que es que él ayude y no bloquee la integración, vamos a contar con él. Es una continuidad de Bachelet de la Concertación.

Aun así, es muchísimo mejor que este presidente Piñera que, recuerda tú, perteneció al Grupo de Lima para invadir a Venezuela. En lo internacional me quedo contento con qué volvió la sensatez a la Cancillería. No volvió la audacia, pero volvió la sensatez.

Y en estos temas trascendentales en los que acordás está el cambio de la Constitución. ¿Cómo se da impulso a este proceso que tiene su cierre en el plebiscito de salida?

Fuimos la única fuerza que siempre planteó la Constituyente. Estamos muy contentos. Boric hacia el final apoyó ese proceso y lo valoramos mucho. Y le toca a él, como gran protagonista, encabezar y crear las condiciones para que el proceso sea un éxito.

Es un proceso muy intenso, quedan pocos meses. En septiembre tenemos que ratificar en un referéndum con voto obligatorio la elección de una nueva constitución. Y, por lo tanto, vienen meses intensísimos.

Chile hace tres años que vive a un ritmo, entre la pandemia y la revuelta social, más de diez elecciones, hemos tenido probablemente el momento más intenso democráticamente de los últimos dos siglos.

Como resultado, ahora le toca a Boric encabezar la constituyente, o acompañarla, como él decida, pero lo veo muy bien y muy valiente en ese plan.

Recordaba las palabras de Álvaro García Linera sobre Chile que dice que el país está en la primera oleada progresista, no en la segunda como otros países. ¿Coincidís?

No. Creo que en lo simbólico es muy importante lo que ha ocurrido. Pero todavía en lo sustantivo no. Considero que es un Gobierno que tiene, por la pandemia, cosas externas, coyunturales, elementos nacionales, un nivel de dificultad enorme y habrá cuán progresista será en materia económica.

Pienso que, de todas maneras, vamos a entrar en un ciclo muy difícil, lleno de contradicciones. Boric va a enfrentar demonios y no soy tan optimista.

Los ministros más relevantes son todos bacheletistas. Por lo tanto, me parece que esa es una señal inequívoca de que él considera la línea de Bachelet, la línea progresista. Creo que Boric es una continuidad de la línea de Bachelet. Una opción legítima.

Aclaro que fui diputado con Bachelet, por si acoso. No lo hago desde la prédica, soy extremadamente crítico de las reformas que no hizo. Y, por lo tanto, él se inscribe en esa tradición.

Lo apoyaría de todos modos, aunque no lo haga, porque lo que hay en frente es Bolsonario. No hay mucho margen. Pero soy mucho más prudente a la hora de ver un gobierno de izquierda o progresistas todavía. Pienso que es la Concertación que continúa su camino.