En el marco de un nuevo Paro Internacional de Mujeres este 8 de marzo, la ministra de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la provincia de Buenos Aires, Estela Díaz, habló sobre su propio recorrido como militante feminista y analizó los desafíos en materia de género que más urgen a nivel nacional.

Antes de desempeñar su actual cargo, Díaz formó parte de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito desde sus inicios y estuvo al frente de la Secretaría de Género de la CTA de los Trabajadores desde el año 2010 -desde donde, también, coordinó el Comité por la Libertad de Milagro Sala-. Al respecto, reflexionó sobre cómo fue su paso por el sindicalismo, un espacio que predominantemente estuvo y está ocupado por varones.

“La presencia de las mujeres era mucho menor de lo que ocurre ahora. Muchas veces tenías que vivir situaciones de mucha incomodidad que también le pasaron a las mujeres en la política y en los distintos espacios de decisión que históricamente han sido muy masculinos”, sostuvo en diálogo con Aquí, allá y en todas partes.

Sin embargo, aclaró que en el ámbito sindical la militancia de las mujeres en las bases estuvo siempre presente, y destacó la recuperación económica que comenzó en el 2003 y que permitió que millones de mujeres se integrasen al mercado laboral cambiando, así, la composición de la calse trabajadora en los organismos de base. “A partir de ahí, hay un sindicalismo feminista que ha tomado una gran fuerza y que es, además, con el que se resistió muchísimo las políticas neoliberales de Macri y de Vidal”, aseveró.

Por otro lado, Díaz se refirió a cuáles son los temas más importantes que la agenda feminista tiene de cara al 8M y en los próximos años a nivel local. En esa línea, sostuvo que luego de la legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), el trabajo, la deuda y la reforma judicial son aquellos tópicos que son necesario abordar.

“Los temas de trabajo de las mujeres y de las condiciones de acceso al trabajo es un tema central, esto aparece en los reclamos porque sigue habiendo mucha desigualdad laboral. A pesar de que se ha recuperado el trabajo casi a los niveles de la pre pandemia, el trabajo de las mujeres es más lento en la recuperación”, sostuvo la ministra.

En esa línea, aseguró que parte de esa desigualdad en la recuperación está marcada por la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que, según indicó, la misma tiene un impacto diferencial en las mujeres de los sectores populares. “Según datos de la ANSES, quienes cobran la Asignación Universal por Hijo, el 80 por ciento están endeudadas. Por eso construimos un programa que llamamos Desendeudadas con las herramientas que necesitamos para sacarlas de esas deudas onerosas”, detalló.

Por último, Díaz se refirió al acceso a a la justicia y la reforma judicial con perspectiva feminista y explicó: “El Poder Judicial es uno de los poderes más reactivos a los cambios, tiene la cuestión meritocrática y la herencia en el recorrido, ahí lo patriarcal ahí juega mucho, y lo clasista también, porque hay que pensar qué sectores tienen acceso a la justicia”.

Y subrayó: “Las mujeres han sido muy estigmatizadas cuando van hacer denuncias. Hay mucho prejuicio en el Poder Judicial cuando se denuncia violencia de género o abuso sexual. El abuso sexual. es un tipo de violencia muy extendida y sin embargo es de las menos denunciadas porque hay mucha revictimización”.

“No le pedimos a jueces, juezas o fiscales otra cosa más que se aprendan los tratados de derechos humanos y que los apliquen”, concluyó.