En su editorial, la periodista y conductora de La García, Cynthia García, repudió la agresión protagonizada por el titular de la Liga Argentina por los Derechos Humanos José Schulman. En un video, difundido este fin de semana, se lo ve al dirigente golpear a una empleada en una terminal de colectivos.

Tras lo ocurrido, organismos de Derechos Humanos, funcionarios y referentes de la política repudiaron lo ocurrido. Por su lado, Schulman publicó una carta pidiendo disculpas. Señaló que al ser "discapacitado motriz", haber pasado "muchas horas" esperando un micro le "produjeron un enorme dolor" y lo "desencajaron".

El repudio sin "pero"

Hoy la reflexión es dolorosa, es gravosa y de tolerancia cero. Tolerancia cero con la violencia de género, la violencia machista. Venga de quien venga.

El video de José Schulman, titular de la Liga por los Derechos Humanos, del Partido Comunista. Fue licenciado por esta situación que se hizo viral este fin de semana. Un video donde se lo ve agrediendo física y verbalmente a una trabajadora nos duele, nos avergüenza.

Nos mueve al repudio liso, llano, sin vueltas, sin peros. Está mal. No permitimos la violencia. No la toleramos. No aceptamos la violencia de género, sin ningún pero. Sin ningún justificativo: ni su discapacidad motriz, ni por la furia ante el incumplimiento de una empresa.

La doble responsabilidad

Además, hay agravantes. Los militantes y las militantes tenemos una doble responsabilidad. En este caso, Schulman, valiosísimo militante, ese rol como referente de la Liga lo pone en un lugar de responsabilidad política mayor. De responsabilidad humana.

Si los que pelean para cambiar el mundo obran del mismo modo que los que quieren sumergirnos en la misma opresión que dicen combatir... entonces no se merece pelear.

Las luchas que las militancias reivindican no son una lista de consignas. No son solamente banderas en alto. Son formas de vivir. Vivimos como militamos, si no estamos en una enorme contradicción.

El rol de la "prensa canalla"

Ahí está la prensa canalla esperando para linchar a todos los organismos comprometidos con el esclarecimiento de los crímenes de lesa humanidad a partir de la conducta de un violento que perdió la brújula.

Ahí está el desconcierto de muchos cuadros políticos que lo han abrazado como compañero y hoy no pueden hacer otra cosa que masticar sabía por sus acciones.

Acá estamos, como diría Juan Gelman, tratando de que quepa de nuestros el extraño mundo alrededor. Hablaba el poeta de sus egoísmos justificados. Su honradez de consumo. Su amor triste. La suciedad de sus higienes.

En esta hora trista, preocupante, gravosa, inmerecida, hacemos nuestras las palabras de Gelman. Apenas tengo para ofrecer los rayos de luz que iluminaban el combate por la dicha. Esta derrota por ahora.