La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional confirmó este jueves los procesamientos con prisión preventiva de altos mandos de la Policía de la Ciudad, imputados por encubrir el crimen de Lucas González, en noviembre del año pasado.

Se trata de un comisario inspector, un comisario, un subcomisario y a cuatro oficiales, todos de la Comisaría 4 de la Policía de la Ciudad: Ramón Jesús Chocobar, Sebastián Jorge Baidón, Daniel Rubén Espinosa, Jonathan Alexis Martínez, Ángel Darío Arévalos, Rodolfo Alejandro Ozán y Daniel Alberto Santana.

Para la Justicia son responsables de los delitos de “encubrimiento agravado por su condición de funcionarios públicos y ser el delito precedente especialmente grave, pero habían apelado esta sentencia. Por lo que los camaristas definieron este jueves que son responsables y finalmente fueron procesados.

La decisión de la Cámara

Para los camaristas, estos siete policías formaron parte de la maniobra de encubrimiento y actuaron de forma coordinada “para darle apariencia de legalidad al accionar” que tuvieron los agentes policiales que dispararon contra los adolescentes.

“También se valoró que las pruebas incorporadas permitían sostener que en el marco del procedimiento se había colocado un arma de utilería en el interior del automóvil en el que se desplazaban los menores, a los efectos de reforzar la versión inicial de los preventores y así mantener injustificadamente privados de su libertad a los damnificados”, recordaron los jueces. 

“Sus propias palabras proporcionan la razón por la que resultan insostenibles los descargos centrados en la supuesta actuación de buena fe y al aspecto formal o exterior del rol que le cupo a cada uno. Porque supieron desde un principio que no había existido ningún enfrentamiento ni circunstancia alguna que pudiera justificar lo que habían hecho los integrantes de la brigada”, remarcaron.

Para la Cámara, la actuación de los altos mandos de la fuerza demostró que se manejaron desde el comienzo “con ánimo de protección corporativa direccionada contra sus obligaciones y compromisos más elementales” con el objetivo de encubrir el delito cometido por los agentes de la brigada.