El presidente Alberto Fernández aseguró este viernes que "estar endeudado con el FMI no es bueno, y que por lo tanto debíamos buscar cómo pagar sin que se convirtiera en un sacrificio desmedido de un pueblo", al tiempo que celebró haber conseguido ese objetivo.

Lo hizo horas después de que, por la mañana de este viernes, en un anuncio desde la Quinta de Olivos, el propio Fernández anunciara el acuerdo que el Gobierno nacional alcanzó con el Fondo Monetario Internacional para pagar la deuda que la gestión de Cambiemos tomó en 2018, la más alta en la historia del organismo.

Al respecto, el presidente se tomó un tiempo para recordar la conflictiva relación entre el Fondo y América Latina a lo largo de la historia. "El FMI tiene que hacer una autocrítica de sus políticas permanentes de las últimas décadas, ha llevado planes a países que terminaron conmoviendo a sociedades enteras. La Argentina lo vivió una y otra vez", aseguró, en diálogo con el periodista Ignacio Jubilia de RT en Español.

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Además, al ser consultado por cómo podría afectar este entendimiento con el FMI en la economía del país, Fernández aclaró que la inflación, una de las principales preocupaciones en la sociedad argentina, "no depende del acuerdo".

"Necesitamos frenar la especulación empresaria y transformar el peso argentino en una moneda de confianza. Es un aprendizaje social", enfatizó.

Boric y la esperanza en la región

"¿Está habiendo un cambio en la región?", le preguntó el periodista Jubilia a Fernández, luego de que le mencionara los recientes triunfos electorales de Xiomara Castro en Honduras y de Gabriel Boric en Chile, sumado al posible regreso de "Lula" da Silva en Brasil.

"La elección de Boric genera mucha expectativa en la región. Así también Lula, un líder regional importante. Creo que los pueblos eligen cada uno, en la coyuntura, lo que ellos creen mejor", respondió el presidente, quien además habló de "saturación" para explicar el proceso de cambios que viene afrontando Chile desde los últimos tres años, con el estallido social de octubre de 2019.

La relación con Rusia

Previo a la gira oficial que emprenderá por Rusia y China, entre otros países, Fernández fue consultado por la relación que el Gobierno argentino mantiene con el de Vladimir Putin, de quien dijo que "será un placer y una alegría conocerlo en persona", ya que hasta el momento solo habían mantenido reuniones de forma virtual.

"Argentina y Rusia tienen un vínculo de muchos años, que se profundizó, especialmente, con la provisión de vacunas. En el G20 reclamé a líderes y a la OMS por la falta de aprobación de Sputnik V en Europa, es una cuestión geopolítica", agregó el mandatario.

"Yo sé que el pueblo argentino le está inmensamente agradecido al pueblo de Rusia", completó, y dijo que "hemos descubierto en el pueblo ruso a un pueblo absolutamente solidario".

Además, se refirió a la producción local de la vacuna Sputnik V en la Argentina como "un hecho relevante". "El traspaso de la tecnología rusa para producir en nuestro país a mí me importa mucho, y yo quiero avanzar en ese tema", destacó.

"Desideologizar la pandemia"

Por último, cuando se le recordó la frase con la que buscó aplacar las críticas que se le hicieron a su gestión por la llegada de las vacunas producidas en Rusia y China (Sinopharm) -"Hay que desideologizar la pandemia", había dicho-, Fernández le dedicó unas palabras una parte de la prensa: "Es un fenómeno argentino. En la Argentina muchos medios periodísticos siguen creyendo que el Muro de Berlín existe, y muchos interpretaron que comprarle vacunas a Rusia significaba ser parte de un mundo totalitario, comunista, o pónganle la terminología que quieran. Y yo no comparto esas lógicas", aseguró.

"Tengo que tratar de llevarme bien con ese gobierno y con los de otras características ideológicas, pero hubo una acción mediática muy fuerte para poner detrás del contenido de la vacuna una carga ideológica que no tiene", completó el presidente.

"Nunca preguntamos de dónde vienen las vacunas", enfatizó.