En su editorial el periodista y conductor de El gato escaldado César Litvin aseguró que el Gobierno tiene una "deuda compleja" con los argentinos, que es resolver el problema inflacionario. En este sentido, aseguró que esta cuestión debe seguir siendo "una de las prioridades en cuanto a la gestión". Señaló que en este ítem es decisivo en la gente "a la hora de decidir hacia donde conducir los destinos políticos del país".

Una deuda compleja, la inflación

En una sociedad como la nuestra hay un conjunto de 15 millones de argentinos que más o menos pueden sobrellevar los efectos de una crisis como la que venimos atravesando hace años. Que tienen ingresos que, si bien podrían ser mejores, le permiten mantener su estilo de vida, su estándar de consumo.

Tenemos después unos 30 millones en donde la situación es diferente, es distinta. Donde el tema precios afecta severamente la vida cotidiana de familias enteras. En todos lados, en el norte, en el sur, en el este, en el oeste. Y ese tiene que ser y debe seguir siendo una de las prioridades en cuanto a la gestión de gobierno.

Es cierto que también asistimos permanentemente a la lucha de los gremios para obtener mejoras salariales que compensen los aumentos que tienen en la inflación general, uno de los principales enemigos. Todavía ahí estamos, como en deuda, y en una deuda compleja.

Porque es la que después, en algún momento, va a generar la confianza, o no, por parte de la sociedad, a la hora de votar, a la hora de decidir hacia dónde conducir los destinos políticos del país. Entonces, ese sigue siendo la cuestión prioritaria desde muchísimos puntos de vista.

El rol de la oposición y los medios

Pero también es cierto que hay otra cantidad de cosas que no se pueden obviar, porque si lo hiciéramos también estaríamos regalando espacios que, tarde o temprano conforman todo un frente de batalla.

Porque la oposición, para llamarlo suavemente, ha buscado boicotear las posibilidades de una gestión que hiciera, como hizo la gestión del gobierno de Alberto Fernández, frente a un fenómeno absolutamente inesperado, de características brutales, tremendas, como ha sido la pandemia.

No tener eso en cuenta, o haberle restado importancia y valor, no es de buena leche. Obviamente, la oposición buena leche no tiene. Busca permanentemente sabotear, y cuando decimos oposición tiene que ver con los espacios políticos reales y concretos existentes.

Y también todo el aparato que se suma a la oposición y que en los tiempos en los que vivimos tiene gravitación e importancia directa en lo que se instala como temas, se instala como preocupaciones.

Estamos hablando, obvio, de los medios de comunicación que no casualmente cuando Cristina Fernández de Kirchner hace bastante tiempo, ya más de un año quizás, hizo pública una de sus cartas en donde reflexionaba sobre algunos puntos ella llamaba a la necesidad de formular algún tipo de acuerdo entre los distintos sectores que intervienen en la vida política nacional, y mencionaba específicamente como uno de esos sectores a los medios de comunicación.

No es porque sí que lo dice. Los medios tienen una capacidad de daño instalada cuando quieren y de hecho, los medios que tenemos en el país como medios dominantes tienen una capacidad del daño a flor de piel. Lo vemos todos los días.