El embajador argentino ante la OEA, Carlos Raimundi, sostuvo este lunes que la ragión "no está en una etapa, en términos históricos, que se podría llamar revolucionaria". En su lugar, explicó que cree que América Latina está en una proceso de "construcción de mayorías sociales y políticas para frenar los estragos más terribles del neoliberalismo".

"Estar representando al país ante la OEA me ha permitido tener una visión más panorámica de lo que sucede", dijo el diplomático por AM750. Por este motivo, evitó referirse de lleno a la realidad que vive el Frente de Todos: "No quiero ser demasiado detallista con lo que sucede en Argentina".

Sin embargo, en términos geopolíticos, Raimundi sostuvo: "Sí te puedo decir que, a nivel de la política latinoamericana, no estamos en una etapa en términos históricos que podríamos llamar revolucionaria, de grandes transformaciones estructurales y profundas".

En su lugar, señaló: "Estamos en una etapa, te lo digo mirando Brasil, Perú, Chile, Colombia, donde inclusive en algunos de nuestros países han ganado opciones progresistas, en el margen para la transformación estructural que todavía no veo inminente".

"Veo más una etapa de construcción de mayorías sociales y políticas para frenar los estragos más terribles del neoliberalismo, veo un margen histórico hasta ahí", precisó.

Críticas a la OEA

Por otro lado, Raimundi habló sobre la realidad de la Organización de los Estados Americanos (OEA). "Quienes profesamos ideas y valores progresistas, nacional populares, sabíamos qué fue históricamente, qué es la OEA, qué representó, qué cosas toleró y silenció durante tantos años", inició.

Y agregó: "Eso yo lo he reafirmado con mi presencia. Esa historia que no está asociada justamente a la defensa de grandes valores populares".

"Hemos dicho en todos los foros, no a título personal, sino como posición política de conjunto, que los organismos, tanto los organismos financieros como los organismos políticos multilaterales, no han tenido la actualización, la remodelación, que se requería a partir de un cambio de las estructuras de poder en el mundo", añadió.

Sobre este punto, sostuvo que los organismos internacionales funcionan con las mismas reglas que cuando fueron creadas, en la segunda posguerra del siglo XX. "Las cosas en el mundo, las relaciones de poder, las relaciones de fuerza, han cambiado profundamente. Entonces no reflejan esa nueva situación del mundo comparativamente con el momento en que fueron creadas", señaló.

Así, criticó que si bien la OEA es una organización integrada por treinta y tres Estados, "entre dos, que son Estados Unidos y Canadá, concentran alrededor del 80 por ciento del PBI de la región".

"Vos tenés una región donde es cierto que políticamente el voto del estado más grande y el voto del Estado más chiquito valen lo mismo en términos formales, en términos de apariencia democrática, pero la capacidad de influir qute tienen los estados más poderosos, al ser un organismo tan desequilibrado, es muy grande", comentó.

Claro, este fenómeno es algo que no ocurre únicamente con la OEA: "Es lo mismo sucede con el FMI". "¿Por qué Argentina con el Fondo Monetario tiene que hablar más con algunos países que con otros? Porque tienen más poder. Porque aportan más fondos".