La elección de barbijos sigue siendo fundamental para lograr una buena protección en el marco de la pandemia del coronavirus. El COVID-19 trajo en todo el mundo el deber de usar tapaboca para maximizar nuestros cuidados y el de los demás.

La recomendación de muchos especialistas sigue siendo la misma: las mascarillas deben confeccionarse con dos o tres capas y un ajuste que permita que el aire ingrese siempre a través de la tela para mejorar su eficacia.

En Argentina hay cuatro tipos de barbijos disponibles para todas las personas: el KN95, el quirúrgico, los tapabocas reutilizables y los fabricados por el CONICET. Cada uno tiene un tipo de efectividad y capacidad de filtrado distinta, pero es imprescindible que cada uno cumpla con un calce y ajuste específico para cumplir su objetivo.

Según un estudio realizado por los Centros estadounidenses para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, dos mascarillas superpuestas o un tapabocas quirúrgico muy ajustado ofrecen una protección reforzada contra el virus.

¿Cómo funciona cada barbijo?

  • Los KN95 filtran el 95 por ciento de los aerosoles y vienen en distintos talles para conseguir un ajuste total para cada rostro. Tienen cinco capas de filtrado.
  • Los barbijos reutilizables (tapabocas): en primera instancia, se recomienda no utilizar barbijos con una sola capa de tela. Aquellos que realmente funcionan son aquellos con varias capas (tres como mínimo).
  • Barbijos fabricados por el CONICET (en colaboración con la Universidad de Buenos Aires y la Universidad Nacional de San Martín): contienen cuatro capas de protección (una externa semi impermeabilizante, una segunda de tela de algodón poliéster, una tercera de tela no tejida con capacidad filtrante y una cuarta de algodón poliéster). Su efectividad es de 97,1 por ciento.
  • Barbijos quirúrgicos: tienen 3 capas pero un bajo nivel de ajuste. Su eficacia es de entre 60 por ciento y 80 por ciento. Su ventaja es que suelen venderse en packs económicos y son cómodos a la hora de complementar con cualquier barbijo de tela.

¿Por qué hay que usar barbijo?

Son la primera barrera para no respirar los aerosoles expuestos en el ambiente, es decir, las microgotas que cualquier persona produce de manera natural al hablar, reír, cantar, toser o respirar.

Si se planifica que la exposición con otras personas dure mucho tiempo, ayuda a que se reduzcan los riegos de contagio. Cuando se está forzado a estar en un espacio reducido (aún al aire libre), ayudan a bajar drásticamente el riesgo de contagio.

¿Por qué hay algunos barbijos que no funcionan?

  • Porque no tienen un calce y ajuste adecuado para el rostro de la persona y no logra filtrar el aire externo ni el exhalado.
  • Porque el material no tiene la eficacia suficiente o las capas necesarias para prevenir la absorción de aerosoles.
  • Porque no se adapta al rostro y deja un espacio de fuga desde la zona de la nariz (con el uso de lentes, no deberían empañarse).