En su editorial, el periodista y conductor de El Gato Escaldado analizó la compleja pero exitosa gestión sanitaria del Gobierno nacional durante el 2021. También comentó las dificultades que atravesó con las elecciones legislativas y el panorama que deja de cara al 2022 que está por arrancar.
En este contexto, sostuvo: "Habría que ajustar algunas clavijas. Tomar decisiones, en algunos temas, más drásticas. Me parece que es un poco el desafío y la tarea que va a tener por delante el presidente Alberto Fernández, que a veces está demasiado fuera de la intensidad que uno entiende que tendrían que tener algunas decisiones".
Lo que deja el 2021
La campaña de vacunación
Si está terminando el año complejo, difícil. Cruzado por un montón de circunstancias políticas, económicas, sociales. Muchas previsibles, otras no tanto. Algunas derivadas de la pandemia que comenzó hace ya cerca de dos años.
Lo cierto es que desde el punto de vista sanitario vivimos un año con altibajos. Fue un año donde se empezó a desplegar, aunque no lo recordemos, una gran campaña de vacunación. Todavía falta que algunas personas se vacunen. Por lo menos hay un 30 por ciento, que habría que ver como está compuesto.
Las vacunas han demostrado lo suficientemente eficaces, por lo menos para, en este nuevo rebrote que la curva de contagios se despegue de la curva de muertes y hospitalizaciones. Pero cuando hemos perdido un poco la noción de lo que pasó durante el año que estamos terminando, hay que pensar que arrancamos un año con una cantidad pequeña de vacunas.
Resultaba casi imposible imaginar que a lo largo de los meses se iba a vacunar prácticamente toda la población del país o prácticamente toda. Nuestros índices porcentuales son en este sentido mejores, por ejemplo que lo de los Estados Unidos.
El ataque mediático a las vacunas
Cabe en este caso recordar aquella etapa del diario Clarín promediando el año, cuando decía que iba a terminar en 2021 con prácticamente toda la población entre 18 y 60 años sin vacunar.
Era un presagio terrorista de un medio de comunicación, buscando generar básicamente la repulsa de mucha gente a la gestión del Gobierno en materia de adquisición y fabricación de vacunas.
Pero en Argentina demostró que llevó adelante una agresiva y notable política para comprar vacunas, para traerlas al país y para aplicarlas en todos los distritos de el territorio nacional de manera equitativa.
Por eso hoy en día tenemos índice que obviamente hacen trizas aquella tapa del diario Clarín. Esto demuestra obviamente la mala leche que tiene ese grupo de medios que trabaja, obviamente para desestabilizar. Para que la gente tenga una visión negativa de lo que está sucediendo en todas las cosas.
Pero alcanza y sobra esto que estoy diciendo para para definir un poco el rol que algunos medios, quizás demasiados, pero encabezados en este caso por el Grupo Clarín, han tenido en estos tiempos.
Las elecciones y el quórum propio
En el medio de todo esto, de una creciente cantidad de vacunas, tanto llegando al país como distribuyéndose y aplicándose, tuvimos este año elecciones que nos salieron bien para el gobierno, tanto las PASO en septiembre como la las definitivas en noviembre.
El gobierno, si bien tuvo una repuntada en las en las elecciones de noviembre, no obtuvo un resultado satisfactorio. Políticamente quedó muy golpeado. Perdió senadores, perdió diputados. De ahora en más toda la gestión parlamentaria que nos espera va a ser complicadísima.
Lo vimos con el tema del presupuesto. El Ejecutivo logró una media de sanción para la rebaja del impuesto de los bienes personales por un voto y porque faltaron algunos diputados de la oposición.
Así las cosas hay que tomarlas como son, porque de nada nos sirve negar la realidad, esa realidad de la que hablaba Perón: la única verdad es la realidad, nos guste o no nos guste.
Los desafíos del 2022
Ajustas las clavijas
No sé si es, como dice Serrat, que el que la verdad nunca es triste, y que lo que no tiene remedio. Son simplemente los desafíos que uno tiene que ponerse adelante y muchas veces si tienes remedio.
Pero bueno, es un camino difícil, complicado, donde hay que acertar y hay que tener la valentía también para tomar acciones de carácter político, de carácter económico o social, que acompañen el esfuerzo que está haciendo una cantidad enorme de argentinos y argentinas que están viviendo y sufriendo las consecuencias de la pandemia.
Me parece que, con vistas al año que se va y el año que viene, habría que ajustar algunas clavijas y además tomar decisiones en algunos temas más drásticas.
Es un poco el desafío y la tarea que va a tener por delante el presidente Alberto Fernández, que a veces está demasiado fuera de la intensidad que uno entiende que tendrían que tener algunas decisiones.
Nadie está diciendo que es fácil. Del último discurso que dio el 24, que se transmitió inclusive por cadena nacional, yo no tengo muchas cosas de las que hablar, pero hay una sola cosa que parece que dice que abre alguna expectativa política hacia el año que se inicia.
El año de las grandes acuerdos
Que es cuando habla de que 2022 debe ser el año de los grandes acuerdos. Me parece que es lo que yo entiendo más, más destacado ese discurso, porque espero que tenga que ver con el desafío que le dejó planteado Cristina en la plaza el 10 de diciembre de la democracia, cuando le dijo en un momento Alberto Fernández que convocara a un gran acuerdo nacional.
Una idea que Cristina viene planteando desde hace muchísimo tiempo, que parece que no encuentra ni en el presidente ni en muchos hasta lo critican, campo fértil.
Y cuando habla de acuerdo, no está hablando Cristina de un acuerdo entre los que estamos de acuerdo ya, sino justamente con los que no estamos de acuerdo. Lo dijo claramente con los sectores de la economía, con los sectores del poder económico financiero y ella sumó, es la primera vez que lo mencionó, a los medios de comunicación.
Nunca se llevó adelante ese ese llamado. Alberto Fernández no lo convocó. Vamos a ver si este año lo hace. Son las cosas que nos van a servir si se hacen o no para ver por dónde estamos transitando.
