A más de 15 años de la muerte de Augusto Pinochet, el 10 de diciembre de 2006, este jueves murió su viuda, María Lucía Hiriart, a los 99 años y tras una extensa enfermedad.

Hiriart tenía 19 años cuando conoció a Pinochet, un subteniente del Ejército de 25. Casi dos años después se casaron y tuvieron cinco hijos.

Historiadores y periodistas aseguran que Hiriart ocupaba un lugar activo en las decisiones de Pinochet y que lo alentó para que diera el golpe de Estado del 11 de setiembre de 1973 contra el entonces presidente de Chile, Salvador Allende. También se le atribuye una relación de amistad con el exjefe de la Dirección de Inteligencia Nacional, Manuel Contreras, quien murió en 2015.

A nivel oficial, durante la dictadura ocupó el rol de primera dama, desde el cual lideró la formación de instituciones como la Corporación Nacional del Cáncer y el Comité Nacional de Jardines Infantiles, pero su rol más importante fue al frente de los Centros de Madres (CEMA-Chile), desde 1974 y hasta 2016.

Con una mirada paternalista y asistencial, los CEMA-Chile buscaban acompañar a las mujeres en tareas de cuidado del hogar y de sus familiares, promoviendo una mirada muy conservadora del lugar que tenía que ocupar la mujer en la sociedad. Hiriart y sus "damas voluntarias" (en su mayoría esposas de militares) recorrían Chile para brindar formación en oficios, pero también "capacitación moral" e "intelectual".

La actividad de CEMA-Chile en ese entonces es todavía objeto de investigación judicial. La fundación, que llegó a tener a más de 230.000 "socias" que recibían atención de unas 6.000 "voluntarias", enseñaba a las mujeres de pocos recursos a hacer productos que luego vendía a organismos del Estado (por ejemplo, uniformes militares), quedándose con la mayor parte del dinero.

Pero la investigación más grande tiene que ver con inmuebles públicos: entre 1973 y 1991 el Estado cedió gratuitamente a la fundación 113 inmuebles para que llevara adelante sus actividades. La mayoría de esas propiedades fueron vendidas por la fundación y el dinero obtenido no ingresó ni a CEMA-Chile ni al Estado. En varios casos las propiedades fueron compradas por el propio Estado.

Sin que se llegara a un dictamen judicial final antes de su muerte, Hiriart ha sido procesada y absuelta en varias oportunidades por estos presuntos delitos, así como por la gestión de la herencia de Pinochet y el reparto entre sus familiares.

La última polémica en torno a su figura fue en 2017, cuando el diario chileno La Tercera reveló que estaba recibiendo una pensión mensual de unos 3.500 dólares desde la muerte de Pinochet.