Este domingo, con la victoria en las elecciones para la presidencia de Honduras, Xiomara Castro se suma a la corta lista que integran las cinco mujeres que fueron elegidas jefa de Estado a través de las urnas en América Latina en el siglo XXI.

Castro, del partido Libertad y Refundación (Libre) lleva al momento el 53,41% de los votos y se convertirá en la primera mujer en gobernar el país centroamericano. La sigue de lejos el candidato oficialista Nasry Asfura, con 34,08%, cuando se han escrutado el 52,57% de los sufragios.

La tendencia en América Latina parecía indicar que el liderazgo femenino iba a ser cada vez mayor a partir de la década pasada. Entre marzo 2014 y diciembre 2015 llegaron a convivir tres presidentas en América del Sur: Cristina Fernández en Argentina, Dilma Rousseff en Brasil y Michelle Bachelet en Chile. En los primeros dos meses de ese período también había otra presidenta: Laura Chinchilla, en Costa Rica. 

Sin embargo, el término del mandato de Bachelet en 2018 y su sucesión por parte de Sebastián Piñera dejó a la región nuevamente sin mandatarias electas. Varios países de la región tuvieron mujeres como presidentas interinas en los últimos dos siglos. Entre ellas están la argentina María Estela Martínez de Perón (1974-1976), las bolivianas Lidia Gueiler Tejada (1979-1980) y Jeanine Áñez (2019-2020), la ecuatoriana Rosalía Arteaga (1997) y la haitiana Ertha Pascal-Trouillot (1990-1991).

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A nivel mundial, un informe de las Naciones Unidas de 2021 señala que "a pesar de los aumentos en el número de mujeres en los niveles más altos del poder político, persisten las desigualdades de género generalizadas". Se detalla que la progresión de las mujeres que ocupan carteras ministeriales "se ha ralentizado", al crecer de 21,3% a 21,9% desde 2020. Además, se menciona que "el número de países sin mujeres en el gobierno ha aumentado" y que "solo  25,5% de los escaños parlamentarios están ocupados por mujeres".

En los 20 países que conforman América Latina, en lo que va del siglo solo cinco mujeres ocuparon la Presidencia. 

Mireya Moscoso, Panamá

Mireya Moscoso fue la primera y última mujer que llegó a la presidencia panameña, a finales del siglo pasado, y se mantuvo en el cargo hasta septiembre de 2004. Luego de la muerte de su esposo, el expresidente Arnulfo Arias en 1988, Moscoso se declaró heredera política del Partido Arnulfista, con el que ganó las elecciones el 2 de mayo de 1999 con 42% de los votos.

Michelle Bachelet, Chile

En 2006 Bachelet se impuso en las urnas ante el actual presidente de Chile, Sebastián Piñera, convirtiéndose en la primera mujer de América del Sur en obtener el cargo en una elección en este siglo. Bachelet consiguió su segundo mandato, que ejerció entre 2014 y 2018. 

Antes de ganar las elecciones, la expresidenta fue ministra de Salud y ministra de Defensa Nacional. Entre sus dos mandatos fue la primera presidenta de ONU Mujeres y, tras retirarse de la política chilena, fue designada Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, cargo en el que se desempeña hasta la fecha.

Cristina Fernández, Argentina

La actual vicepresidenta de Argentina es una de las figuras más importantes en la escena política de su país. En 2007 Fernández triunfó en primera vuelta con 45,3 % de los votos y recibió la banda presidencial de su esposo, Néstor Kirchner, continuando así el legado kirchnerista.

Tras la muerte de Kirchner en 2010, la expresidenta se presentó para mantenerse en el cargo hasta 2015, lo que consiguió con 54,1% de los votos. Desde diciembre de 2019 se desempeña como vicepresidenta del gobierno de Alberto Fernández.

Laura Chinchilla, Costa Rica

Chinchilla fue diputada, vicepresidenta y ministra de Justicia antes de asumir la presidencia de Costa Rica para el período 2010-2014. En las elecciones que la llevaron al gobierno del país centroamericano, obtuvo el 46% de los votos y superó por varios puntos al segundo candidato más votado, que obtuvo el 24%.

Dilma Rousseff, Brasil

La economista y exministra de Luiz Inácio Lula da Silva llegó al gobierno en 2010 por el Partido de los Trabajadores luego de ganar las elecciones en segunda vuelta con 56% de los votos válidos. En 2014 obtuvo la reelección con 51,6% de los votos. 

En 2016 fue destituida por el Congreso, acusada de desvirtuar las cifras oficiales para exhibir un mayor equilibrio entre ingresos y gastos fiscales.