Un estudio científico británico, publicado esta semana en el European Heart Journal, descubrió que existe una vinculación entre la hora de dormir y las posibilidades se sufrir una enfermedad cardíaca.

Así, después de haber analizado los datos de más de 88 mil participantes del Biobanco del Reino Unido, anunciaron que acostarse entre las 22 y las 23 tiene beneficios en la salud en comparación a hacerlo antes o después de ese horario.

"La evidencia sugiere que la alteración del ritmo circadiano podría ser un factor de riesgo poco estudiado de las enfermedades cardiovasculares", señala el informe en sus conclusiones, donde se advierte que esto impacta sobre todo, en las mujeres.

A lo que agrega que "la desalineación prolongada de los ritmos circadianos se asocia con presión arterial elevada, calidad del sueño reducida, mayor riesgo de trastornos cardiovasculares, y también puede estimular la aterosclerosis, proporcionando un posible mecanismo biológico para un mayor riesgo cardiovascular".

Shahram Nikbakhtian, Angus B Reed, Bernard Dillon Obika, Davide Morelli, Adam C Cunningham, Mert Aral, David Plans.

Se debe tener en cuenta que el estudio no prueba que la hora de acostarse temprano o tarde contribuya al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, sino que establece un posible factor de riesgo. Además, la investigación no examinó de cerca la calidad del sueño de los participantes, solo la duración y el tiempo.

Principales conclusiones

  • Quienes se quedaron dormidos a la medianoche o más tarde tuvieron un 25% más de riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular.
  • Aquellos que se durmieron antes de las 22 tuvieron un 24 por ciento más de riesgo. 
  • Los que se quedaron dormidos entre las 23 y las 23:59 tuvieron un 12 por ciento más de riesgo de enfermedad cardiovascular que los que se quedaban dormidos la hora anterior.

La explicación del autor

Uno de los autores de la investigación, el doctor David Plans, jefe de investigación de Huma Therapeutics, dijo al diario local The Guardian que existe una posibilidad de que la hora de acostarse temprano o tarde haga que las personas pierdan señales importantes como la luz del día por la mañana, que ayudan a restablecer el reloj interno del cuerpo todos los días.

Si el reloj biológico no se reinicia correctamente durante un largo período de tiempo, "esa desalineación de los comportamientos y el reloj circadiano aumenta la inflamación y puede afectar la regulación de la glucosa, lo que puede aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular", dijo Plans.