La ley de cupo femenino cumple 30 años desde su sanción en Argentina y se convirtió en una normativa clave en el avance de la agenda de género al garantizar un mínimo de 30% de mujeres en la conformación de listas partidarias para cargos legislativos.

Sancionada el 6 de noviembre de 1991, la Ley 24012 establecía que “las listas que se presenten deberán tener mujeres en un mínimo del 30 % de los candidatos a los cargos a elegir y en proporciones con posibilidades de resultar electas”. El fin de la misma era revertir la casi nula participación de las mujeres en este ámbito.

Sin embargo, la aplicación del cupo femenino en el Senado se retrasó hasta el año 2001, año en que la elección comenzó a ser directa. A partir de ese año, se han registrado oscilaciones en la participación femenina en ambas Cámaras, sin superar nunca el 45 % de las bancas.

Si bien el espíritu de la Ley de Cupo consistía en garantizar el acceso de las mujeres en la escena política estableciendo un piso mínimolo cierto es que en la práctica garantizó un techo máximo. Es por eso, que el 22 de noviembre de 2017 se sancionó la Ley 27.412 de Paridad de Género en Ámbitos de Representación Política. Esta ley establece que las listas de candidatos al Congreso de la Nación (diputados y senadores) y al Parlamento del Mercosur deben ser realizadas "ubicando de manera intercalada a mujeres y varones desde el/la primer/a candidato/a titular hasta el/la último/a candidato/a suplente".