El periodista Fernando Borroni reflexionó en su columna de La Mañana de Víctor Hugo sobre las críticas de la oposición al Gobierno de Alberto Fernández.

La columna de Fernando Borroni

A menudo nos cuesta poder encontrar en la cotidianidad las grandes síntesis, reflexiones populares. Por ejemplo, cuando hablamos de los antipatria: cuando hay que explicarlos puede echar mano a muchos hechos que suceden a cada día y pasan desapercibidos.

La reacción del diario Clarín y La Nación escondiendo la noticia, quitándole el valor, por el otro, o criticando la inversión histórica de los 8.400 millones de dólares para la producción del hidrógeno verde, una inversión muy necesaria para la Argentina, y que van a disfrutar los futuros gobiernos, porque no viene mañana.

Llega una inversión histórica y te parás de la mano de enfrente y tirás piedras. En plena pandemia, cuestionaban la cuarentena y tiraban piedras al pueblo. Con las vacunas dijeron que no servían, tiraban piedras. Entre los empresarios, que suben precios mientras crece la pobreza, y los pobres y la mesa familiar, defienden a los empresarios. Entre los trabajadores y el empresariado, eligen a los empresarios. Siempre eligen al FMI, aunque derive en una cadena ajustes.

Alberto Fernández consiguió un apoyo ante el G20 por las negociaciones con el FMI y ellos se detienen a ver si se rascaba la cabeza. Son extranjeros en su propia tierra, y eso es un rostro de ser antipatria, o peor aún: no tienen patria.

Cuando no hay plata en los bolsillos de la gente, salen y lo denuncian. Y cuando llega, critican y hablan de “la platita, la platita, la platita”.

¿Cuál es su mirada dela vida, que no sea otro que no sea construir espacios de oscuridad para el pueblo argentino? Más allá de las luces y sombras del gobierno, la oscuridad de la oposición nos pierde.

Cuando se habla de la batalla cultural, parte tiene que ver con visibilizar al enemigo, no confundirse de amigos, y comprender que hacer una patria es todo lo contrario a lo que hacen los diarios y la oposición.

Nosotros seguimos creyendo que la Patria es el otro, eso es tan cierto como que la derecha es una oscuridad infinita.