La periodista Cynthia García homenajeó en su editorial de La García al conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, por cumplir 55 años de carrera en radio. Aseguró que el locutor es "testimonio de la comunicación popular" y recordó cuando Diego Maradona le dijo: "Tu lucha es mi lucha".

Hoy vamos a nuestra reflexión conceptual, que no es una reflexión conceptual, es una licencia que nos permitimos, porque hoy primero de noviembre, Víctor Hugo Morales cumple 55 años de carrera. No va a ser un día fácil para Víctor Hugo, porque por pudor, le cuesta que la cuestión de los homenajes y la cuestión del reconocimiento. Pero bueno, es el día. Son 55 años de carrera.

Yo quería rasgar algunas ideas. Tampoco es fácil para nosotros, para quienes trabajamos con él mucho tiempo, transmitir todo lo que es Víctor Hugo. Es abarcar una cantidad de cuestiones y uno corre además el riesgo de no poder contar cabalmente lo que significa. Yo voy a empezar por puntear algunas cosas que aprendí con Víctor Hugo Morales. Porque es una escuela todos los que trabajamos con él quedamos impregnados de una determinada manera, sobre todo de hacer radio.

Víctor Hugo es como un director de orquesta donde él va dirigiendo y entonces de repente vos tenés tu solo de bandoneón y dale, dale adelante con tu solo de bandoneón. Y él, cuando él te entrega ese momento del aire, te lo entrega. Me parece que es una de las características de Víctor Hugo. Su entrega. Es quién te pasa el momento y vos hacé tu solo de bandoneón, disfrútalo. Es un director de orquesta y está acompañando el ritmo y está moviendo los palillos y está dirigiendo una sinfonía musical que él tiene en su cabeza y que tiene unos acordes perfectos.

Para Víctor Hugo la radio es música, la lleva adentro. Es todo lo que piensa, todo lo que transmite y la musicalidad con la que lo con la que lo lleva adelante. Pero sobre todas las cosas. Yo con Víctor Hugo aprendí el ejercicio de la comunicación popular de Uruguay. Es para mí un testimonio de la comunicación popular, de de ejercer una autoridad horizontal. Muchos hablan de su generosidad, que es absolutamente cierta, pero es una generosidad que él ejerce desde la horizontalidad, desde ubicarse en el mismo plano del otro con el que está trabajando. No es un conductor que esté alejado ni de la calle, ni de la gente, ni del pueblo, ni de sus compañeros de trabajo. No puede.

Tiene esa capacidad maravillosa de pasar un enorme momento en la Ópera de la Bastilla, en París, o relatar Quilmes, Aldosivi. No sé si es posible ese encuentro Quilmes, Aldosivi, pero supongamos que lo fuera en el mismo plano, de la misma manera, en el mismo momento y con la misma intensidad. Esa cercanía con lo popular lo hace tan absolutamente interesante. Víctor Hugo es un hombre divertido, muy divertido, que le encanta disfrutar de todo, de la vida, de todo.

Una anécdota cortita, de tantísimas que tenemos. Estábamos en Roma en un viaje por Italia. Pasamos hacia Sicilia en las escalinatas del Teatro Massimo, donde se filma El Padrino III, la escena del grito de Al Pacino, ese grito mudo porque matan a su hija. Lo interpretamos con Víctor Hugo. Ese Víctor Hugo dramatiza la escena. "Nene, ponete acá vos. Beatriz, -Beatriz, su esposa, su queridísima y luminosa Beatriz - A un costado estaba Fabiana Segovia, hacía de la hija. En el momento se me aparecía en la acción. Víctor Hugo tenía que interpretar Al Pacino gritando la muerte de su hija en un grito mudo. Y lo hizo porque le encanta disfrutar. Ese también es Víctor Hugo. Lo hizo todo el grito, la foto, la risa y a seguir luchando y a seguir disfrutando, porque me parece que ahí está una de las claves. Él disfruta.

Y también disfruta con su lucha, con la lucha, porque se lucha viviendo y cada cada alegría es un triunfo. Víctor Hugo nunca dejó de ser un hombre de a pie. Me parece. Y eso es lo que lo hace inapropiable. Es un hombre profundamente observador. No se pierde nada. Es a veces como los chicos. Me parece que tiene una infancia muy activa. Es esa esa capacidad que tienen los niños de que vos estás haciendo algo y ellos en segundo plano están observando todo. Bueno, Víctor Hugo no perdió eso, no perdió la capacidad de observar de un niño de 8 años deseante. Es un hombre profundamente deseante, porque ya sabemos y lo hemos visto en estos micrófonos.

El deseo es lo único que nos hace insistir. Sólo el deseo adelante es lo que nos lleva a insistir. Todos somos mejores después de haber compartido el tiempo con Víctor Hugo, no porque él sea perfecto en términos idílicos, insisto, es muy difícil, pero estoy haciendo un esfuerzo profundo por no transmitirles una idealización. No lo es. No es perfecto como nadie puede serlo, sino por la profunda interpelación que su decir y hacer genera. Es un Quijote caminando hacia los molinos de viento y los molinos están ahí, son reales, son monstruos al acecho y él va imposible no seguirlo. Y sí, claro, hay una línea de tiempo que lo une con Diego Maradona, ese hilo piolín del barrilete cósmico. Desde aquel 22 de febrero de 1081, cuando Diego Maradona debutó en Boca Juniors y Víctor Hugo Morales relató por primera vez en una radio argentina hasta el teléfono que sonó un día en 2011. Era la voz de Diego Maradona. Maradona cumplía un aniversario futbolístico. Víctor Hugo sufría el asedio incansable de Magnetto y el poder real. Y al teléfono esa mañana estaba Diego, que quiso salir al aire para decirle: "Víctor Hugo: su lucha, es mi lucha"