En su editorial, Cynthia García analizó los aumentos en los precios de los alimentos y la determinación que deberá tener el gobierno para controlar la inflación.

El editorial de Cynthia García

La escena encuentra en un set de televisión al empresario Víctor Fera, presidente de Maxiconsumo, y al intendente de Pilar, Federico Achaval, hablando de los precios de los alimentos.

El empresario apoya la medida de precios máximos y a la vez señala los claro oscuros de las decisiones del gobierno como la no implementación de la ley de Góndolas que les asegura lugar a las marcas pequeñas y enfrenta desde abajo la desconcentración.

Achaval sabe que ahora va a tener que empezar a controlar los precios en los supermercados.

Esto le pasa a todos los intendentes que están controlando los precios y Achaval está dispuesto a hacerlo, como todos los jefes comunales del Frente de Todos que se abroquelaron para defender esta medida del secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, junto al bloque de diputados y el gabinete económico.

No puedo dejar de pensar que estamos hablando del precio de la yerba, del arroz, del aceite, de los fideos, del kilo de harina. O sea, no se está planteando la superestructura de decisiones políticas. No se trata de poner en ejecución la ley de medios que democratice la comunicación o la reforma judicial con la ampliación de la Corte. Estamos hablando de algo urgente y elemental como lo que guarda la alacena y la heladera de cualquier casa en la Argentina.

Aún así, la mirada de los dirigentes se ve cansada, agobiada frente al peso de un empresariado voraz y a una oposición político mediática cruel.

"No les importa nada"

El concepto es el de la crueldad, porque no les importa que la mesa se pague 200 pesos el kilo de pan o que haya una corrida cambiaria. No les importa nada.

En las amenazas de desestabilización dejan a la vista su menosprecio por un Estado mediador de esas voracidades. Los empresarios prefieren perder plata no entregando los productos antes que ganar en cantidad y equilibrar los precios descontrolados en sus márgenes de rentabilidad.

¿Los intendentes y dirigentes de Juntos por el Cambio no van a garantizar que se cumpla la lista de precios máximos? De ser así, no lo puedo comprender.

¿Horacio Rodríguez Larreta, como jefe de Gobierno porteño se va a poner del lado de los empresarios y no de quienes lo votaron, que más allá de ideas políticas afines también son afectados por los precios de los alimentos?

Si esto sucede, si podemos decir que están soñando el sueño de la desestabilización y del "golpe blando" como dijo Victoria Tolosa Paz.

Desde Juntos por el Cambio le piden el voto a quienes luego van a depredar en el acceso a sus derechos para puntualizar los productos de primera necesidad.

Sigue siendo absolutamente incomprensible para mí que integrantes de la clase trabajadora voten a sus propios predadores.

Achaval ayer dijo: "Se necesita poder y peso político para enfrentar la concentración" y yo le agregó que hace también hace falta apoyo para los que se animan.