En su columna de La Mañana de Víctor Hugo, el periodista Fernando Borroni reflexionó sobre los “no” de la oposición política, mediática y empresarial, y aseguró que “está en juego la democracia y la gobernabilidad”.

La columna de Fernando Borroni

Los “no” de la oposición política, mediática y empresarial constituyen hoy en la Argentina una clara maniobra de desestabilización al gobierno nacional.

“No congelar los precios”, “no diálogo político”, “no” de la Justicia para llevar adelante el plan Más cultura joven.

Todo esto está enmarcado en una política comunicacional de los grandes medios que muestran estos hechos como la lucha por la libertad, la resistencia ante un supuesto gobierno autoritario.

¿Qué está gritando esta realidad? Que la democracia es una democracia de cartón pintado secuestrada por estos poderes, que tienen además un objetivo fundamental: construir las lógicas de golpe blando.

¿Qué significa congelar los precios? Que los empresarios quieren ganar más. Que buscan quebrar la paz social y generar un caos social.

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Cuando se decide que no se congelan los precios y querés seguir aumentando y amenazás con un desabastecimiento se busca el desborde social, que las barriadas salgan a la calle para hacerse de la comida porque es imposible comprar. Y si no vas a tener los productos será peor.

Detrás de esa medida que solo parece económica está el objetivo de quebrar la paz social.

Es discutible si hay que dialogar con la oposición, pero el “no diálogo” con el gobierno nacional es una forma de cortar todo tipo de lazo para aislar al gobierno.

¿Qué significa el “no” de la Justicia para el programa de cultura joven de $.5000? Que la Justicia forma parte de estos movimientos judicializando la política, con el argumento de que se usa para la campaña. La Justicia busca trabar la gestión

En este escenario, los medios construyen el relato de que así no se aguanta más, que no se puede. Ocultan al verdadero enemigo: los formadores de precios y el sector de la Justicia que impide que lleguen recursos a los que menos tienen y la política opositora que se niega a encontrar soluciones en conjunto.

La primera etapa de los golpes blandos es promover acciones no violentas para provocar malestar social. La segunda, hacerlo en nombre de la defensa de la libertad y los derechos humanos, y una tercera, que busca generar falta de gobernabilidad. Este es el escenario de hoy.

La pregunta es cómo sale el gobierno a dar esta disputa. Está en juego la democracia, su representatividad y los derechos del pueblo argentino.