En su editorial, Víctor Hugo habló de los ganadores y perdedores que dejó la pandemia del coronavirus.

En Inglaterra están muy enojados con Boris Johnson porque no hizo nada al principio de la pandemia. Pensó en la inmunidad de rebaño, no le dio importancia, no quería hacer cierres y planteaba a la cuarentena como un enemigo.

Puede ser que la cuarentena sea enemiga de la economía pero tiene como amistad fundamental la vida. De eso se trató.

Ahora pensaba en cómo todo lo que hizo el gobierno argentino en ese período y el coraje que tuvo para enfrentar a esos medios de comunicación y a los sectores de la oposición más insensatos y decretar una cuarentena.

La cuarentena era la única vacuna posible para evitar muchas más muertes como las que seguramente se hubieran producido.

El Gobierno argentino ganó esa batalla. La ganó mientras hizo el aislamiento y luego cuando comenzaron a llegar las vacunas. Hoy estamos en cifras que nos dan una esperanza formidable en el presente y sobre todo en el futuro, en la lucha contra el coronavirus.

El gobierno ganó claramente, pero ¿se nota eso o es todo lo contrario? Porque parece ser que los efectos negativos son lo único que se tiene en cuenta.

Lamentablemente es muy injusto. El Gobierno hizo las cosas muy bien. Tuvo coraje, decisión, conocimiento, anticipación, tuvo todo lo que hay que tener.

Posiblemente los muertos serían muchísimos más. Murió lo que inevitablemente ocurre con el Covid-19 en cualquier país. Pero murió mucho menos que en otros países y eso tuvo que ver con esa gestión, con lo que se hizo quizás antipático para la gente.

Entonces ganó el gobierno pero también ganó la política diabólica de la oposición política y mediática porque el Gobierno terminó pagando muy caro haber hecho las cosas bien. Lo que se le recrimina ahora Boris Johnson es al mismo tiempo lo que se le tendría que elogiar a este gobierno.

La oposición apostó a la muerte para poder después tirársela en el zaguán a la Casa Rosada. Ese era el plan. El que moría, moría por culpa del gobierno, porque los que se salvaron no se podían determinar en número.

Entonces ¿ganó el Gobierno?. La respuesta es que no. Ganaron otra vez los malos, lo que eran hinchas de la muerte, lo que eran hincha de la anticuarentena, lo que era un hincha del antivacunas, los que no querían nada porque todo lo que querían era muerte.