En su columna, Fernando Borroni criticó a Juntos por el Cambio por no dar quórum en la sesión donde se debió tratar el proyecto de Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos en la Cámara de Diputados.

Ayer la Cámara de Diputados mostró un capítulo más de la serie de terror que podríamos titular "es el capitalismo, estúpido"

La negativa de la oposición de dar quórum a la ley de etiquetado no es otra cosa que la muestra clara de que al capitalismo no le interesa nada el ser humano y que es el mercado y sus negocios y sus intereses los que siempre van a estar por encima de las necesidades del hombre y de la mujer. 

El lobby ejercido por los grandes poderes económicos, por las grandes alimenticias, junto a la complicidad de una fuerza política miserable de bufones y arlequines del poder económico, impidieron que en la Argentina a futuro se coman alimentos más saludables o qué al menos sepamos qué comemos y qué elegimos. 

El Gobierno lleva un proyecto donde de alguna manera podemos decir que le habló de la mano de la salud y ellos le respondieron con el bolsillo. Esto es todo cuestión de plata en el fondo. Ahora esto no debe sorprender de la oposición. Si no fueron capaces de defender la vida en plena pandemia no lo van a hacer con una ley de etiquetado para unos paquetes de alimentos. Nadie puede poner en duda o decir que son confusos los intereses que representan. 

En la democracia capitalista el poder económico también tiene sus diputados y senadores. Esto que sucedió ayer es parte de la lógica del modelo. Viéndolo de esta manera, se termina haciendo comprensible, aunque no tolerable, lo que sucedió ayer. 

Ahora bien, cuando esto lo bajamos a lo electoral, a lo político, uno se pregunta cómo puede ser que aún hoy existan hombres y mujeres de clase media, clases populares, laburantes que siguen eligiendo este tipo de diputados y diputadas que representan siempre todo lo contrario a sus intereses.  

Cuando tienen que elegir entre las empresas y el trabajador, estos diputados siempre eligen por las empresas. Recordemos qué hizo la oposición con el aporte solidario. Cuando tienen que elegir entre cuidarnos en plena pandemia o empujarnos a sálvese quien pueda, nos empuja hacia quien pueda. Son los mismos que nos están diciendo que van a votar una ley para terminar con las indemnizaciones. 

¿Cómo puede ser que haya hombres y mujeres que sigan votando a un proyecto enemigo de los intereses populares? Bueno, aquí aparece como respuesta el rol de los medios de comunicación. Aquí si vemos la importancia de la política comunicacional. La estrategia del odio hace estragos porque hay una porción de la sociedad que no vota en defensa propia sino que vota para diferenciarse de aquellos que el modelo le exige, que debe diferenciarse. 

Parece que ya no importa representarte a vos mismo, lo que importa decir a los K no los voto, a los peronistas no los voto. Entonces termina votando al hombre y a la mujer que representa los intereses contrarios. 

Ayer existió un exceso de lobby que no es otra cosa que un exceso del poder de los mismos de siempre. Es un exceso de la impunidad de los mismos de siempre. Es un exceso de los intereses de lo mismo de siempre por encima de las mayorías. Y es un exceso de capitalismo porque todo es plata y porque este proyecto le genera costos a las empresas. 

En fin, el capitalismo salvaje es un exceso en sí mismo. La inmoralidad con la que nos quieren hacer convivir es un exceso.  Y es un exceso de democracia tener a semejante cadetes del poder dominante sentados en las bancas. Pero también es un exceso de irresponsabilidad social seguir votando estos hombres y estas mujeres a los que no les importamos absolutamente nada.