Durante el Ángelus de este miércoles, el Papa Francisco confesó que siente "vergüenza", "tristeza" y "dolor" por el informe publicado durante la jornada del martes que develó 216.00 abusos a menores perpetrados por integrantes de la iglesia en Francia durante los últimos 70 años. 

En la misma línea, Francisco se mostró afectado porque la "incapacidad" de la institución de poner a las víctimas en el centro de las preocupaciones y aseveró que este "es el momento de la vergüenza".

"Invito a los católicos franceses a que asuman sus responsabilidades para garantizar que la iglesia sea una casa segura para todos", expresó el sumo pontífice y le envió su "aliento" a los obispos galos para que realicen "todos los esfuerzos para que dramas similares no se repitan". 

Finalmente, el jefe de la iglesia católica le expreso a los sacerdotes de Francia "cercanía y paternal sostén ante esta prueba", que "es dura", pero "saludable".

Más de 216.000 niños y adolescentes fueron víctimas de abusos sexuales en la Iglesia en Francia durante los últimos 70 años

Durante la jornada del martes, el presidente de la Comisión Independiente sobre Abuso Sexual en la Iglesia (Ciase), Jean-Marc Sauvé, informó en conferencia de prensa que la mayoría de los casos de abuso se registraron en menores de entre 10 y 13 años, siendo los varones los más afectados.

Estas cifras son "abrumadoras" y de ninguna manera pueden quedar "sin consecuencias", apuntó. Por este motivo, Marc Sauvé pidió que se tomen "medidas muy fuertes" para los responsables.

Asimismo, relató que según los datos relevados en el informe se reportaron 3000 adultos varones responsables de los abusos, pero aclaró que este número es un "número mínimo" y "de piso". Por lo tanto, se podría estimar que la cantidad de religiosos que abusaron de menores desde 1950 en Francia sea mayor.

Durante la presentación también tomo la palabra François Devaux, referente de las víctimas de abuso, y lanzó fuertes acusaciones a los obispos responsables de los crímenes sexuales. “Ustedes son una vergüenza para nuestra humanidad", apuntó con firmeza y resaltó que deben "pagar por todos estos delitos”.

"Hubo cobardía, debilidad, ocultación, estrategia, silencio, hipocresía, astucia, mentiras, abyectos compromisos y hasta la sanción de quienes se atrevieron a rebelarse", relató Devaux y resumió que el sistema está "desviado".

También estuvieron presentes el presidente de la Conferencia episcopal de Francia, Éric de Moulins-Beaufort, la religiosa Véronique Margron, del obispo Celestino Migliore.