Se derrumbó una tribuna de la cancha del club Ferro Carril Oeste en el barrio de Caballito que estaba en construcción. En el lugar trabajaban cinco personas que fueron asistidas del SAME. Según informaron fuentes oficiales, hay al menos seis heridos.

"Se estaban realizando unas tareas de refacción y mantenimiento de la tribuna y se cayó todo un piso de madera que se estaba armando. Hay un empleado con heridas leves que ya está siendo atendido", explicó Daniel Pandolfi el presidente del club verdolaga en diálogo con C5N.

"Se estaban armando las bases para seguir construyendo las gradas. Es una estructura de madera para rellenar con hormigón armada", siguió.

El hecho ocurrió a las 12.30, en el sector del Estadio Arquitecto Ricardo Etcheverri que da a la avenida Avellaneda 1230, entre las calles Espinosa y Paysandú, donde personal de Bomberos de la Ciudad y ambulancias del SAME acudieron por el derrumbe de una obra en construcción.

La estructura cedió en el momento en que se estaban realizando mantenimiento de gradas, mientras en el lugar trabajaban cinco obreros, quienes pudieron salir de antes de originarse el derrumbe. 

Por el derrumbe seis trabajadores sufrieron golpes, por lo que fueron trasladados de manera preventiva por el SAME a los hospitales Álvarez y Durand, mientras otros dos fueron atendidos en el lugar, indicaron las fuentes policiales.

La obra en construcción

El sector de la tribuna que se derrumbó es de madera y estaba siendo llenado con hormigón desde la calle por una grúa rellenadora que posee un brazo para cumplir con esa obra.

La tribuna que construye el club de Caballito está en su última fase, ya tiene terminados siete cuerpos de cemento y dos bandejas y el sector que se derrumbó corresponde al ultimo cuerpo de la tribuna que no posee bandeja superior, indicaron desde el club.

La obra fue iniciada hace más de un año y medio y, se estima, que se completaría en los primeros meses del 2022 cuando podría ser inaugurada, según informó Pandolfi.

Pandolfi afirmó que "entre 10 y 11 personas" trabajaban en la obra en el club en el momento del derrumbe, mientras unos 350 empleados lo hacían en las instalaciones.