Un día como hoy, pero de 2009, el tenista argentino Juan Martín del Potro se imponía ante el suizo Roger Federer en la final del US Open y lograba una de las mayores hazañas de su carrera, junto con la victoria de la Copa Davis con el equipo argentino en 2016.

Se trató de una de las finales más apasionantes que ofreció el Abierto de los Estados Unidos, uno de los cuatro Grand Slam – el único que ganó por ahora Del Potro – y terminó 3-6, 7-6 (7-5), 4-6, 7-6 (7-4) y 6-2.

El torneo se disputó, como siempre, en la ciudad de Nueva York. La “Torre de Tandil” había vencido unos días antes nada más ni nada menos que al español Rafael Nadal.

En aquel partido, Del Potro tenía todas las de perder. Además de que Federer estaba en el puesto número 1 del mundo en el ranking ATP, el suizo venía de imponerse con gran estilo en todos los partidos previos del certamen, al margen de que había ganado el US Open los cinco años previos.

Con 20 años, Del Potro logró aquel 14 de septiembre de 2009 su primer Grand Slam y, por ahora, el único que obtuvo a lo largo de su carrera. Hasta entonces, el tenista argentino David Nalbandian había sido el único capaz de ganarle a Federer en el Abierto de los Estados Unidos.

Los 4 minutos de tensión

Si bien se trató de un partido de gran intensidad y un ida y vuelta ideal para una final de un Grand Slam, uno de los momentos de mayor tensión fue sobre el final, en el último set, cuando Del Potro se imponía 5 a 2 y el saque estaba en manos de Federer.

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Hasta allí habían llegado gracias a una serie de errores no forzados de Federer que obligaron a jugar un quinto set, otros 62 minutos de juego para una final en la que ambos tenistas no pudieron ocultar el cansancio lógico en un partido que se extendió por más de cuatro horas.

Fue allí que durante cerca de cinco minutos la Torre de Tandil estuvo al borde de imponerse en varias ocasiones y tuvo en sus manos varios puntos de quiebre que lo hubieran llevado a una victoria, aunque un error no forzado y el acierto de Federer hicieron que la agonía llegue al límite.

Cuando parecía que el partido no tendría fin y Del Potro se encontraba a nada más que un punto de la victoria, Federer erró un primer saque y luego, tras la segunda oportunidad y un breve peloteo, el suizo devolvió muy larga una pelota y todo el estadio celebró la victoria del argentino, que no pudo ocultar su felicidad y se arrojó al suelo para festejar.