Con 37 votos a favor y 20 en contra, la Legislatura porteña aprobó este jueves en primera lectura la ley que da cauce al convenio celebrado entre el Gobierno de la Ciudad y la empresa IRSA S.A. para avanzar con un desarrollo urbanístico en la Costanera Sur.

La normativa modifica los usos de las 71 hectáreas de la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors para habilitar la construcción inmobiliaria de edificios que podrán alcanzar los 145 metros de altura.

“Hoy se votó un convenio urbanístico que es un acuerdo entre el Gobierno de la Ciudad y un privado, IRSA, que cambia la norma a un terreno para que en lugar de poder construir cinco pisos ahora se puedan construir 45. Además, se cambió el objeto: ya no tiene que estar referido a cuestiones deportivas sino que se puede construir muy ampliamente”, explicó la legisladora porteña Claudia Neira en diálogo con Las últimas noticias.

A su vez resaltó que el barrio de lujo se llevará la mayor parte de la inversión de empresas privadas en construcción dejando de lado otros emprendimientos posibles, ya que el espacio cedido es “muy apetecible”. "¿Por qué se incentiva que la inversión vaya ahí, si va a haber viviendas de lujo que la gente común no puede comprar? Cuando el Estado incentiva dando beneficios normativos tiene que ser pensando en quienes tienen más dificultades”, apuntó la diputada porteña que integra el bloque del Frente de Todos en la Ciudad.

La votación contó con el acompañamiento de los bloques de Vamos Juntos, PS y UCR; y el rechazo del Frente de Todos, PTS, FIT y AyL. Al tratarse de una aprobación en primera instancia, en el plazo de los próximos 30 días se realizará una audiencia pública para su eventual rechazo o ratificación.

Al respecto, el legislador del Frente de Todos Matías Barroetaveña anticipó que desde su espacio político van "a apelar a la participación popular" para que se logre frenar el proyecto, "al igual que ocurrió con Costa Salguero".

"Hay razones de todo tipo para oponerse, como hemos hecho. Primero, por razones legales, porque la Constitución de la Ciudad y el Plan Urbano Ambiental señalan que las costas deben ser para el uso público. Después, por motivos ambientales, porque está al lado de la Reserva Ecológica y son espacios verdes que la Ciudad podría sumar, además de que es un humedal, e impermeabilizarlo, como va a suceder, puede provocar inundaciones en el barrio Rodrigo Bueno, que está al lado", detalló el legislador en comunicación con AM750, quien además comparó el proyecto aprobado este jueves con el desarrollo del barrio Puerto Madero en los años 90.

"Se dice que esto será un Puerto Madero 2, que ahora es un lugar que tiene el 28 por ciento de ocupación y donde hay muchas vacancias, y la comuna 4, la de este proyecto, es una de las comunas con más déficit habitacional, y nosotros venimos a construir torres en un barrio cerrado en vez de resolver los problemas de la mayoría de los porteños, que no pueden comprar una vivienda o que viven en situación de calle o en una villa", enfatizó Barroetaveña.

Irregularidades

Por su parte, Neira, quien preside la comisión de Protección y Uso del Espacio Público, denunció que el proyecto no fue tratado en dicha comisión bajo el argumento de que una parte de las tierras cedidas (el 67 por ciento) regresa a manos del Estado, aunque, tal como precisó, esa sería justamente una de las razones para que la iniciativa se pudiera discutir en la comisión.

“Dentro del porcentaje que vuelve a la Ciudad como espacio publico hay 12 hectáreas que ellos denominan 'espejo de agua', que se conforman con el cauce del río, y no sabemos si lo piensan rellenar y hacer tierra. Además, si es agua del Río de la plata, es un recurso que es dominio de la Ciudad, por lo que se estaría aceptando como contraprestación algo que ya es de la Ciudad”, alertó.

En esa línea, su compañero de bancada Barroetaveña insistió con que, además de los motivos mencionados anteriormente, también existen razones de seguridad por las que desde el Frente de Todos se opusieron a la iniciativa en la Legislatura.

"Son terrenos que han sido ganados al río por Boca Juniors, sin ningún tipo de supervisión, y pretender construir torres nos hace recordar a la consecuencia de esa imprevisión que ocurrió en Miami, con la caída del complejo de edificios", concluyó el también director del Centro de Estudios Metropolitanos.

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Ganancias

Por último, Neira dio detalles sobre los montos de compra y venta de los terrenos y cómo IRSA logró disminuir el valor real de las tierras, provocando una pérdida millonaria a la Ciudad de Buenos Aires.

La empresa adquirió los terrenos en 1997 por la módica suma de 50 millones de dólares, en una zona donde hoy el precio del metro cuadrado supera los seis mil dólares.

“Armaron un mapa en diciembre del año pasado y asimilaron los terrenos a Soldati, Lugano, a la zona sur, cuando está al lado del Puerto Madero, que es zona 1 y tiene una valuación muy distinta”, explicó.

Así, de los 715 millones de dólares que la Ciudad percibiría por recuperar las tierras públicas, sólo lo hará en 270 millones, perdiendo 450 millones de dólares.