No sé si será como resultado de un estudio de marketing, de un focus group, o por recomendación de algún consultor mago de esos que gustan tener a mano los poderosos. Como fuere, lo cierto es que cada quien debe elegir a sus enemigos para la batalla, y Larreta los tienen bien marcados a los propios: educación pública y artistes. A ambos les negó empatía, oreja y cuidado, antes y durante esta pandemia agobiante.

Por alguna razón que no logramos comprender, la derecha vernácula gusta de volcar en guardapolvos blancos y jóvenes artistas odio, censura y represión. Algo les provocan, algo tienen estos seres que cuando el poder los atiende, les sale todo el veneno junto y pretenden lastimarlos.

Sepan que apenas rasguñan, pero sin lugar a dudas obligan a la batalla.

La noticia de las últimas horas titulaba: "Artistas callejeros en lucha: denuncian censura y persecución ideológica por parte del gobierno porteño. El último fin de semana, la policía porteña incautó los instrumentos musicales y equipos de sonido de artistas callejeros en Plaza Serrano. Afirman que ese operativo estuvo lleno de irregularidades. Este miércoles se movilizan al Ministerio de Cultura de la Ciudad”.

Y así fue, una de tantas movilizaciones en este miércoles caótico les tuvo como protagonistas: artistas de la calle, artistas callejeros. Comparto la crónica de Martín Suárez en Tiempo Argentino: "A medida que el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires abre todas las actividades, insiste en mantener parcialmente restringido el trabajo de las y los artistas callejeros en el distrito porteño. Desde que comenzó el confinamiento, y a medida que el ejecutivo local implementaba políticas aperturistas en diferentes sectores, los artistas callejeros fueron constantemente relegados. En varias ocasiones el conjunto de trabajadores y trabajadoras exigió al Jefe de gobierno algún subsidio económico para el sector, pero siempre les fue negado. Recién, a mediados del mes de agosto del año pasado, tuvieron la posibilidad de empezar a trabajar en algunos espacios públicos de la Ciudad de manera muy limitada y pocos días durante la semana”.

Así venía la situación hasta que el 18 de junio pasado se publica en el Boletín Oficial porteño la decisión de Larreta de delegar en los jefes de comunas la decisión de quién trabaja y quien no en los espacios públicos. Es decir: de defensa colectiva, de protección al sector, de apoyo a las agrupaciones de artistas, nada, sólo un pasamanos, derivar la cachiporra a jefes locales.

Así es la derecha. Y gusta de ejercer su poder de policía.

Este fin de semana que pasó, fin de largo de mucho agite y gente yendo y viniendo por la ciudad, una gran oportunidad de hacerse el día para les artistes callejeros, en lugar de respetarles y darles un espacio, les mandaron la cana. Un procedimiento policial incautó todo el material de trabajo de un grupo de músicos en la zona de Plaza Serrano, en Palermo Viejo.

Dicen que fue por el ruido, en pleno “Palermo Cheto”, en pleno fin de largo, en una plaza, al aire libre y, además, les incautaron sus cosas sin dar previo aviso. Es como que te disparen por la espalda sin dar la voz de alto. ¿Te suena?

Se llevaron todo. Los amplificadores para hacer su música, los instrumentos, las mantas. "Hasta la fecha, y después de cuatro días, los instrumentos de los artistas siguen incautados en la comisaría N°25 de Scalabrini Ortiz y Gorriti. Supuestamente, la policía recibió una orden directa del Fiscal Miguel Kessler de la fiscalía N°5”.

Censura, odio de clase, persecución ideológica, ignorancia y torpeza, el ejercicio del poder de Larreta en CABA, que en nada difiere de lo que supo ser su ex jefe político en su momento, es un ejemplo perfecto del mono con navaja y traje de etiqueta.

Aquí sumamos abrazo y acompañamiento a nuestros queridísimos artistas callejeros, esas y esos que nos embellecen la vida desde la más tierna infancia. Como diría el querido Pil: ¡No lo lograrán”.