Alejandro Dolina cuenta en La Venganza Será Terrible la historia de los embaucadores alemanes del siglo XVIII que se aprovechaban de la superstición de la gente y la engañaban acerca de la ubicación de tesoros inexistentes.

Hubieron muchos que les creyeron, entre ellos Hans Strasse, quien cavó -junto con su familia- pozos durante 60 años en vano.