Cada 17 de agosto se celebra en todo el mundo el Día Mundial del Peatón, una celebración que fue promovida por la Organización Mundial de la Salud en el año 1897, cuando ocurrió en Londres el primer incidente de tráfico que dejase una víctima peatonal.

"Lo raro es que todos esos medios dicen que a partir de ese día, de 1897, la OMS declaró el día del peatón para generar conciencia. Rarísimo, porque la OMS se creó recién en 1948. O sea… toda la información se torna dudosa. Y si fue efectivamente así, el accidente, no la OMS, debería llamarse día internacional de la defensa del peatón. Porque no todos los peatones merecen tener un día. Es más: algunos peatones merecen tener un día, pero a la sombra y tras las rejas", introdujo Adrián Stoppelman en su columna de humor en La Mañana.

Paseadores de perros

El peatón pasea perro con correa de 26 metros que impide el paso a sus semejantes y hasta que el pichicho no ensucia la vereda de algún vecino, no acorta la correa. Te deja dos opciones: saltar la soga, con el riesgo de que te muerda el rope por el susto o que te caigas en una baldosa floja o pedirle al sujete en cuestión “Permisooooo”.

Personas con auriculares

Otra plaga moderna: el que va con los auriculares escuchando música abstraído del mundo a su alrededor y que es capaz de cruzar un semáforo en rojo en una avenida o incluso si nadie lo frena, subirse a una autopista y caminar por ahí, porque está en otra realidad y pertenece al grupo “después lo tenés que pagar por bueno”.

Peatones en grupo

Los peatones que se desplazan en grupo, ya sea juvenil, familiar o barra de amigotes choborras que ocupan todo el ancho de la vereda caminando más lento qu tortuga que recién hizo pipí y no tiene apuro, haciendo imposible todo tipo de sobrepaso y a los que tampoco podés increpar dado que son muchos más que vos.

Cochecito de bebe

La señora, y no es una cuestión de género, porque es muy raro ver a un señor haciendo esto, que baja con el cochecito del bebé a la acera a la espera de que cambie el semáforo y o aminore el flujo de vehículos. Lo loco es que pone en riesgo la vida de la criatura, pero ella se queda arriba de la vereda, y convierte a su carrito de bebé en un obstáculo para el automovilista y/o el ciclista bicisendoso. No hay caso: no alcanza con decirle de la mejor manera “Señora, tenga cuidado, acá doblan muchos autos” ya que la respuesta más común incluirá a varios miembros de tu familia más cercana.

Los peatones con celular

El que va caminando mientras lee o escribe o habla por el celular. Ah… plaga inerradicable, porque además, va como borracho, perdiendo la línea de marcha. Lo querés pasar por la derecha, va para la derecha, lo querés pasar por la izquierda, va para la izquierda… la única forma de sobrepaso es bajando a la calzada o calzándole un mazaso en la sabiola, cosa por el momento solo permitida por la ley del Talión pero no por la legislación argentina.

Peatones estáticos

Los peatones estáticos. Tremendos ejemplares que se detienen a charlar justo en el lugar que queda entre la pared y el árbol, interfiriendo con el paso de todo el mundo.