La bajante histórica de las aguas del río Paraná, el segundo rio más caudaloso de Latinoamérica, está afectando no solo a las actividades económicas relacionadas a él, sino también a la biodiversidad, el ambiente y el paisaje.

En los últimos días se vieron imágenes sorprendentes e impensadas. En las redes sociales circuló un video que muestra cómo un grupo de personas caminando de Argentina a Paraguay por donde antes había agua.

En comunicación con Las Primeras Noticias, el subgerente de Alerta Hidrológica del Instituto Nacional del Agua, Juan Borus, atribuyó el fenómeno a “la variabilidad climática” y advirtió que la situación “seguirá empeorando hasta mediados de octubre”.

“Los cambios en el uso del suelo y la actividad agrícola han sido muy intensos en los últimos años. Lo que vemos en el Paraná es la evidencia más clara del cambio climática", señaló Borus.

El ingeniero indicó que “Argentina tiene una gran dependencia del Río Paraná” y avizoró que la normalización recién llegaría en el verano. Además señaló que la actual bajante es la más preocupante desde 1944.

“Desde mayo estamos viendo que la evolución posible de la bajante del Río Paraná se parece a la de 44. Por ahora estamos un poco mejor, pero en cualquier momento puede agotarse las descargas desde la cuenca del Paraná y desde Iguazú en Brasil”, indicó.

Por último, Borus sostuvo que esta situación debe convertirse en una "oportunidad" para tomar conciencia de la conducta que se debe tener con el agua.