Ayer la variante Delta andaba por China. Generó la vuelta a las restricciones, hisopados por millones y en estado panicoso de pandemia como el primer día. Hoy, Japón: de estar en el mejor de los mundos a 5.042 contagios en un sólo día, toditos con la Delta, marcando nuevo récord y una propagación explosiva según dicen los especialistas.

Mañana, y acá me la juego con el pronóstico: Europa. Pasado, vos y yo, obviamente. Y, justo en este mismo día, leo por allí que están planeando abrir vuelos al turismo extranjero, y que familiares que estén en el exterior vengan y vayan.

Y pienso mil cosas, pero una en particular. Pienso en nuestres hijes, mañana otra vez en un aula llena y sin distanciamiento en escuelas del Estado en la cruelmente autónoma Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Pibas y pibes abandonados de quien debiera cuidarlos, docentes y directivos sin la ayuda de quien debiera escucharlos. Y todos en montón arrojados a la mitad de esta locura que es jugar a que el peligro ya pasó, cuando el mundo nos muestra todo lo contrario. China, Japón, Europa, América, tu casa, la mía.

Larreta plantea e impone una situación insoluble: da la orden de presencialidad en lugares sin posibilidad de cuidado. Y, por supuesto, para quien no cumpla castigo, faltas para les pibes y coacciones varias sobre directivos y docentes.

Todo por el capricho de un político que anda queriendo marcar un territorio que le sea propio. Está jugando con nuestros hijes a la ruleta rusa. Tal vez hoy no parezca tan riesgoso, tan temerario, los números son bajos entre contagios e internaciones, pero estoy segura que preferirías que no sea tu hijo, hija o hije por quien nos tengamos que enterar que Delta nos copó la parada.

Y, de paso, que se sepa: para los y las que por alguna razón imperativa no pueden ir a la escuela, lo que les toca es el desamparo total. ¡Escuelas del Estado en CABA, arréglense como puedan! Poncio Larreta descarga toda responsabilidad en directivos y docentes, a los que ha dejado ya no entre la espada y la pared, sino con la espada hiriendo y las tensiones puertas adentro de la comunidad educativa creciendo. Divide y reinarás.

Y, en el marco de este show Larreteano de "Haciendo lo que se me canta", tengo yapa.

En este mismo día, en la Legislatura porteña, y a pesar de la cautelar aún vigente y que suspendió el tratamiento del tema, se intentó meter con fórceps un negocio pendiente: Costanera Sur y torres para ricos. La estrategia era votar hoy finalmente el convenio para entregar la ex Ciudad Deportiva de La Boca a la constructora IRSA.

Promediaba la tarde y el presidente del bloque oficialista porteño, Diego García Vilas, dispuso la cuestión de privilegio, las y los representantes del oficialismo porteño estaban prestos para el voto positivo, pero no alcanzó, no pasó. 35 votos a favor y 19 en contra. No llegaron a los dos tercios necesarios para darle curso. Hoy, IRSA y Larreta se quedaron con las ganas. Esta noche el Sr. IRSA y el Sr. Larreta van a tener pesadillas con ese lujoso grupo de torres muy chetas y altas que quieren construir copando el río.

Esta vez no ganaron, esta vez Martin Pescador no dejó pasar.

Ya los ves. Estos son los temas que lo ocupan a Horacio parece. Dejarnos sin verde, sin río y sin escuela pública. Mientras, Delta amenaza a esta ciudad sin calma.