En los próximos días, el país recibirá 4.350 millones del Fondo Monetario Internacional como parte de los Derechos Especiales de Giro que el organismo distribuirá entre sus países miembros para enfrentar la crisis sanitaria. Ese dinero en Argentina se usará para pagar la herencia de Mauricio Macri.
Habrá países que puedan usar ese dinero para activar la economía, para ser distributivos. Argentina en cambio lo usará para cancelar las dos primeras cuotas de capital que vencen este año del insólito crédito otorgado por el organismo al Gobierno de Macri.
El mundo está hecho de delincuentes financieros. Lo que hicieron con la Argentina no tiene nombre. Sin embargo el mundo sigue andando y todo sigue su rumbo. Es una barbaridad que así ocurra.
El FMI repartirá 650 mil millones de dólares para paliar la crisis del coronavirus y Argentina va a tener que usar los fondos que recibirá para cancelar vencimientos con el FMI.
Es tan doloroso que las cosas sean así. Los derechos especiales de Giro son una canasta de moneda. En esa canasta está lo que podría haber sido una solución para la Argentina. Hablamos de una entrega que llega al país totalmente gratis y sin embargo no se pueden aprovechar por culpa del macrismo.
Es tremendo lo que ha ocurrido en la Argentina desde el punto de vista financiero y económico durante el macrismo. Vino el FMI por ordenes de Trump para darle 50 mil millones a Macri para ver si ganaba las elecciones. Y ahora que después de la pandemia viene un dinero precioso que podría ser utilizado para distribuir entre las personas no lo podemos hacer.
Hay que pagarle al Fondo Monetario Internacional con la plata que el mismo Fondo entrega a la Argentina. La arquitectura financiera internacional, reafirmada como desigual y regresiva de todas maneras presentaba un alivio y no lo podemos nosotros disfrutar.
Esta es la Argentina que construyó el neoliberalismo. Esto lo hizo el maldito neoliberalismo genocida, que hambrea a la gente, que la divide, la convierte en un verdadero desastre y que encima le mete todo el odio necesario para justificar a los que todo lo tienen.
