Daiana Loreley Cáceres, una de las enfermeras que cuidó a Diego Maradona en su internación domiciliaria, declaró que sintió que nunca recibió "directivas médicas", y coincidió con otra colega al asegurar que algunos de los habitantes de la vivienda de Tigre entorpecían su trabajo porque les pedían que "no lo invadieran ni lo molestaran" al astro futbolístico. 

En el marco de la declaración de Cáceres ante los fiscales Cosme Iribarren, Patricio Ferrari y Laura Capra en la Fiscalía General de San Isidro, la profesional también aclaró que la psiquiatra Agustina Cosachov –una de las principales imputadas en la causa-, solo le dio algunas directivas, y que la doctora Nancy Forlini -coordinadora de la internación para la empresa Swiss Medical y también imputada-, figuraba como una de las integrantes del chat donde los enfermeros reportaban las novedades y que, en un momento, habló con ella pero acerca de un saturómetro.

“Yo escribía en el chat informando respecto del paciente. Me respondían Forlini y (Mariano) Perroni diciéndome ok gracias por avisar”, agregó la testigo.

Consultada respecto a si Maradona se dejaba tomar los signos vitales cuando lo asistía, respondió: “Sí, sin ninguna objeción”, e incluso aseguró que en la segunda oportunidad él mismo le pidió que lo hiciera.

En otro tramo de la declaración, afirmó que la segunda vez que lo cuidó a Maradona (esto es, tres días antes de su muerte), le llamó la atención que “estaba bastante edematizado en los miembros superiores”, pero reconoció que como no lo veía frecuentemente, no lo reportó.

Asimismo sostuvo que en la casa le pidieron que a Maradona “no se lo invada demasiado y que no lo moleste”. 

“Esto me lo decían Jonathan y la señora que cocinaba”, dijo Cáceres en referencia a “Jony” Espósito, el sobrino del Diez, y a Romina Milagros Rodríguez, alias “Monona”, aunque luego aclaró que "nadie se opuso a que haga mis tareas”.

La enfermera de 27 años del Hospital Evita de Lanús cuidó para la empresa Medidom a Maradona en dos oportunidades durante los fines de semana, el sábado 14 y el domingo 22 de noviembre del año pasado, en la casa del barrio privado San Andrés de Tigre, donde falleció a los pocos días.