La decisión de Agustín Rossi de ir a una interna en la provincia de Santa Fe abrió cierto revuelo en el frente de todos. Por supuesto que los medios de la oposición quieren mostrar que ahí hay un enorme problema cuando en realidad no hay ninguno. 

Pero es un lugar en donde hay que prestar atención. Se esperaba, por cierto, que como en todo el país, el Frente de Todos llegue a listas de unidad. Pero en Santa Fe no se dio. Y a buena hora que no se de. No debe asustar que no se llegue a una lista de unidad en todas las provincias

La unidad nunca significa unanimidad. La unidad no es una posición abstracta en un proceso de quietud frente a la vida. Mucho menos lo es en la política. Que se ponga en discusión cierta lógica del frente de todos está bien. ¿Amerita una interna Santa Fe? Sí, lo amerita. 

En Santa Fe no sólo se va a disputar un interna para conformar una lista de senadores y de diputados, sino que además se va a disputar en esa provincia el sentido del peronismo. ¿Hacia dónde quiere ir el peronismo en Santa Fe? es la pregunta. ¿Quiere ir hacia la lógica  de Juan Schiaretti en Córdoba O quiere fortalecer la unidad del frente de todos?. Esta es la discusión en la provincia. 

En términos ideológicos el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, está más cerca de Horacio Rodríguez Larreta y de María Eugenia Vidal que de Cristina Fernández de Kirchner y de Alberto Fernández.

Schiaretti armó su propio partido, Hacemos Córdoba y fue un instrumento fundamental para que Mauricio Macri gobernará durante los cuatro años más nefastos que hemos tenido en democracia. 

Omar Perotti construyó un partido los primeros días de junio, que lleva el mismo nombre, pero en vez de decir hacemos Córdoba, dice Hacemos Santa Fe. Y quiero decir, la unidad necesaria en esta en estos tiempos no echa por tierra la memoria, no la empuja por la ventana. 

Perotti fue el hombre que medió a favor de Vicentin cuando el intento del gobierno era llevar un proyecto de ley para expropiada. Siempre ha sido siempre un aliado de la sociedad rural en Santa Fe. Perotti votó el pago a los fondos buitres y votó a favor de los dos jueces puestos a dedo por Macri. 

Entonces, la verdad es que el problema no es si Agustín Rossi quiere dar una interna y una pelea en la provincia, no. Es sano que suceda, porque la pregunta es: ¿hacia dónde quiere ir Santa Fe? En buena hora que esto se discuta.

La discusión de fondo es si es peronismo será, como su historia se lo manda, un instrumento para avanzar en los derechos del pueblo o si será servil al poder real, como lo fue, por ejemplo, el menemismo. 

El pragmatismo electoral no puede y no debe nunca censurar la discusión política. La política es un sentido por la vida. Es también la decisión de qué queremos para los demás. 

El debate es fundamental. Es un instrumento electoral, utilicémoslo. Hay tiempos para el acuerdo y el pragmatismo. Hay tiempos para ponernos de acuerdo en el silencio. Y hay tiempos para pegar el grito. 

La política es sentir otras cosas, saber administrar estos tiempos y jugar en sus ritmos. Lo que no puede pretender la política es que exista un único reloj que le marque el tiempo a todos. 

Es sano que Santa Fe tenga una opción para cuando alguno pega el volantazo. De desconfiado, de malpensado, pienso que quizás en algún momento el gobernador de Santa Fe por cuestiones electorales vuelve a su pasado y se encuentra más cerca de Schiaretti que del propio Frente de Todos. Para esa instancia alguien se habrá plantado bandera en Santa Fe.