En su editorial, Víctor Hugo sostuvo que la carta de la asesora presidencial Cecilia Nicolini al Fondo Ruso de Inversión Directa por los retrasos en la llegada de vacunas "defiende los intereses del pueblo argentino" y crítico a la oposición política y mediática por querer transformar el reclamo argentino "en algo cuestionable". 

El editorial de Víctor Hugo en La Mañana

¿Por qué hay tanta distancia entre lo que a uno le parece formidable frente a otros que a los cuales les parece algo denunciable? 

Estoy hablando de lo que pasó con Cecilia Nicolini y la carta a los rusos. ¿Por qué uno se siente feliz? Porque así como existe gratitud con los rusos que fueron los primeros que pusieron a disposición sus vacunas, lo cortés no quita lo valiente. 

Las buenas noticias que existen con Rusia no se cortan solamente por ese lado sino también por el de las exigencias. Por eso aparece el gobierno argentino a través de una funcionaria diciendo que el Instituto Gamaleya se ponga las pilas porque necesitamos las vacunas.

A mi me pareció ejemplar, me pareció maravilloso ese comportamiento. Pero la oposición y a los medios opositores encuentran este tema como algo reprochable y tratan de instalar que es algo cuestionable. 

Es una cuestión de sentido soberano y sentido lógico de las cosas. Hubo un buen negocio, mucha gratitud con Rusia y con Gamaleya pero también una exigencia de que envíen las vacunas.

¿Qué puede haber detrás de esto? Y lo pregunto más allá de que hay gente que es especialista en conseguir documentos de esta naturaleza siempre por caminos que no son los aconsejables si se quiere ser docente como periodista.

Al margen de esto, a mí me encantó saber que Argentina tiene una funcionaria que a nombre del gobierno y de todos nosotros le escribe a Gamaleya para exigirles que manden la vacuna. 

Como dice Pablo Esteban hoy en Página/12: "Mientras Argentina superó los 40 millones de vacunas adquiridas y logró inocular a más del 50 por ciento de la población, la oposición buscó usar una carta que Cecilia Nicolini le envió al Fondo Ruso de Inversión Directa, reclamando más dosis dos de la Sputnik y por supuesto, inmediatamente lo usaron para atacar toda la campaña de vacunación". 

Yo simplemente quiero decirles que después de esa carta vinieron los insumos para fabricar 1.700.000 dosis de Sputnik. O sea, que efecto positivo tuvo la nota de Nicolini. 

Además, todos los países han tenido este tipo de problema que marcó Nicolini. La Unión Europea, como institución reclamó en distintas oportunidades para que los laboratorios cumplan con los contrato. 

"La Unión Europea pide que AstraZeneca le entregue las vacunas", titulaba una nota del 26 de mayo del 2021. "La Unión Europea retoca el reparto de vacunas y protesta porque no les entregan", decía otra nota del 25 de marzo del 2021. "Europa presiona a los laboratorios ante la falta de la entrega de vacunas", decían el 24 de enero al 2021.  

Todos los laboratorios tuvieron sus inconvenientes porque ocurrió que en un primer momento vendían, vendían, vendían y no sabían si iban a poder cumplir o no. La cuestión es que todos los países protestaron al igual que lo hizo la Argentina. 

En consecuencia, una vez más, la oposición política y mediática jugaron nuevamente en contra con esta carta de Nicolini. No logran salir del clima cipayo en el que siempre se desenvuelven.