Boca Juniors quedó eliminado esta martes por la noche de la Copa Libertadores en los octavos de final al perder 3-1 ante Atlético Mineiro, en Belo Horizonte y en definición por tiros penales, luego de igualar 0-0 en los 90 minutos regulares.

Los primeros 45 minutos pasaron sin grandes sobresaltos, casi como un espejo de lo acontecido en el partido de ida en Buenos Aires, y lo mismo iba a ocurrir en la etapa final hasta otro polémico gol anulado a Boca.

En la Bombonera, una semana atrás, un gol de cabeza anotado por Diego González fue invalidado a instancias del VAR por una presunta falta previa, un leve empujón de Norberto Briasco a un rival. Hoy, la historia se repitió con un tanto convertido por Marcelo Weingandt a los 20 minutos del segundo tiempo por un finísimo offside del propio "Pulpo".

A partir de allí y hasta el final, el local, quizá animado por haber superado una situación que lo ponía al borde de la eliminación, se mostró más ambicioso que Boca en la búsqueda del gol que lo pusiera en cuartos de final, algo que recién conseguiría en los penales.

En esa instancia la mala puntería de los futbolistas del Xeneize, que fallaron en tres de los cuatro penales ejecutados, terminaron dándole la victoria al conjunto local.