Unas 155.000 mujeres podrán acceder desde agosto al derecho de una jubilación gracias al programa de Reconocimiento de Aportes por Tareas de Cuidado que presenta Anses este jueves y permitirá incorporar a personas de 60 años o más que sean madres y que no cuenten con los 30 años de aportes para necesarios para el régimen ordinario o con los requisitos mínimos para jubilarse por moratoria.

Muchas nunca tuvieron un ingreso propio en sus manos. Otras sí, pero en montos bajos y condiciones informales: sólo una parte pudo acceder a una remuneración registrada y cuando lo hicieron, sufrieron mayores intermitencias .

De todas ellas, a las que tuvieron hijos e hijas las atravesó la misma doble carga: las tareas de cuidado no remuneradas que dificultan el ingreso al mercado de trabajo y que, cuando llegan a la edad jubilatoria, se traduce en menores aportes. Por eso, sólo una de cada diez mujeres puede ingresar al sistema previsional por el régimen ordinario, según un informe de la Dirección de Economía Igualdad y Género (DNEIyG). 

Un reconocimiento fundamental

El reconocimiento de este tiempo dedicado a las tareas llamadas “reproductivas” es fundamental para avanzar hacia el cierre de brechas de género. La economía feminista define el cuidado como el “conjunto de actividades indispensables para satisfacer las necesidades básicas e imprescindibles para la existencia y mantenimiento cotidiano de las personas”. 

Ese trabajo demanda muchas más horas a las mujeres: realizan más del 75 por ciento de las tareas domésticas. El 88,9 por ciento participa de estas actividades y le dedica, en promedio, 6,4 horas diarias. Mientras tanto, sólo el 57,9 por ciento de los varones participa en estos trabajos, a los que les dedican un promedio de 3,4 horas diarias. 

La totalidad representa casi un 16 por ciento del PBI en Argentina, de acuerdo a otro relevamiento de la DNEIyG, un dato clave si se tiene en cuenta que es más que la industria y la construcción, dos sectores centrales de la economía. La imposibilidad de dejar de “cuidar” genera intermitencias en sus trayectorias laborales, cargos más bajos que los de los varones, menores salarios para esa población y, en consecuencia, brechas de género difíciles de cerrar.

Mapa del mercado laboral

  • Para el primer trimestre de 2021, el Indec relevó que las mujeres tenían una tasa de actividad de 49 por ciento, 20 puntos porcentuales menos que los varones, en 69,7 por ciento.
  • La desocupación de mujeres fue de 12,3 por ciento contra un 8,5 por ciento en varones en tanto que la diferencia de ingresos se ubica en un 30 por ciento.
  • La tasa de informalidad llega al 37 por ciento, contra un 31 en la población masculina.

Para la economista del Centro de Política Económica Argentina (CEPA) Eva Sacco, la falta de reconocimiento social de las tareas de cuidado “pone a las mujeres en situaciones de mayor vulnerabilidad e inequidad por no contar con ingresos suficientes o directamente ser dependientes económicamente”.

Empezar a reconocer el cuidado es el primer paso, hay que avanzar también en su redistribución en el interior de las familias y también en la redistribución social implicando a las políticas públicas”, analizó en diálogo con AM750.

La “jubilación de amas de casa”, la política antecesora

El camino del reconocimiento empezó a tratarse en 2007 con las leyes 24.476 (modificada en 2005) y Ley 26.970 (de 2014) que habilitaron haberes previsionales para aquellas personas que no alcanzaban los 30 años de aportes a partir del pago de una moratoria y el sesgo de género fue tal que adoptó el nombre de "jubilación de amas de casa".

Gracias a esta política, “en la actualidad, el 85 por ciento de las trabajadoras que se jubilan lo hace a través de una moratoria previsional”. “Esto resulta en que sean el 67 por ciento de quienes cobran una jubilación mínima. En promedio, las jubiladas ganan 34 por ciento menos que los jubilados”, especificó la titular de la DNEIyG, Mercedes D’Alessandro.

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La medida promovió la independencia económica de muchas adultas mayores y hasta incluso cambió el poder de negociación hacia adentro de los hogares provocando, en ciertos casos, divorcios: según un informe de del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS), “mientras que las mujeres con alto nivel de escolaridad incrementa la probabilidad de separarse/divorciarse en 5,6 por ciento, las de bajo nivel de escolaridad optan por mantenerse en pareja pero ganan poder de negociación dentro del hogar”.

La probabilidad de divorcios y separaciones subió un 2,6 por ciento. Un aumento considerable teniendo en cuenta que hasta 2007, sólo el 14 por ciento de las mujeres estaban separadas o divorciadas.

Para Sacco, la nueva jubilación que reconocerá además a quienes percibieron la Asignación Universal por Hijo (AUH) “no sólo mejora los ingreso de las mujeres adultas mayores (con el consiguiente impacto también a nivel macroeconómico), sino que resulta un elemento empoderante para las mujeres, que en algunos casos hasta pudieron enfrentar una disolución conyugal, o situaciones de maltrato y de violencia al contar con un ingreso propio”.

Brechas que persisten

Sin embargo, los índices laborales y de ingresos empeoran con la pandemia y en este sentido, Sacco aclaró que ninguna de estas medidas por sí solas “resultan suficientes para contrarrestar las desigualdades estructurales que sufrimos las mujeres, pero cada una resulta imprescindible y son pasos sucesivos para avanzar en la senda de mayor equidad de género”.

“Una demanda histórica, para favorecer la inserción laboral de las mujeres y mejorar las condiciones ocupacionales de las y los trabajadores del cuidado, es la ampliación de las redes y espacios de cuidado, que especialmente en los niveles de menos edad presenta un gran déficit”, reclamó. 

Por su parte, la abogada previsional Emilia Carrozza consideró ante la consulta de AM750 que se trata de “una política de inclusión de ampliación de derechos sociales que se recibe con alegría porque ayuda a incluir al sistema previsional a mujeres que por sus tareas de maternaje”, pero también “deja afuera a mujeres que no han maternado en los términos tradicionales”.

“Tal vez hayan cuidado a adultos mayores o hayan cuidado hijos de la pareja en familias ensambladas o hayan hecho tareas domésticas y no hayan tenido hijos. También sufren los estereotipos de género productos del patriarcado y no quedan incluidas”, explicó. 

Nueva jubilación para mujeres: qué se reconocerá

  • Se computará un año por hijo o hija.
  • Dos años por hijo o hija adoptado o adoptada siendo menor de edad.
  • Dos años por hijo o hija con discapacidad.
  • Y tres años en caso de que haya accedido a una Asignación Universal por Hijo (AUH) por al menos 12 meses.
  • Los turnos para tramitar la jubilación estarán disponibles desde el 1 de agosto en: http://www.anses.gob.ar/reconocimiento-de-aportes-por-tareas-de-cuidado