En su columna de La Mañana, Fernando Borroni defendió la Revolución cubana y puso en el centro las consecuencias del bloqueo económico que lleva 60 años.
Me pregunto: ¿quien reduce la libertad en Cuba no es aquel que impone un bloqueo que ya lleva 60 años? Hay un pueblo que resiste con lo que tiene de la mano de enormes convicciones y un país extranjero que impone sus intereses, su verdad y sus parámetros y que de no aceptar te asfixia, te acusa, te persigue y te hace una guerra.
El bloqueo a Cuba es una guerra no convencional, ahora si vos crees que el autoritarismo está en el oprimido es problema tuyo.
Es imposible entender lo que sucede en Cuba si no entendemos el proceso revolucionario en términos culturales, sociales y políticos. No podemos entender lo que pasa en Cuba si analizamos a Cuba como un victimario y no como una víctima de políticas extranjeras.
Antes de hablar de Cuba debemos asumir que todos en mayor o menor medida hemos sido educados en un lenguaje de una cultura que reduce el análisis y que sólo acepta un único pensamiento.
Justamente Cuba viene a poner discusión a ese pensamiento único, por eso muchos no lo comprenden o no quieren hacerlo. El mundo neoliberal ha constituido al poder hegemónico en el modelo educativo, en el mundo de lo económico, en el mundo de la religiosidad. En ese mundo Cuba es precisamente la contrahegemonía.
Entonces hay que pensarla desde allí, hay que reflexionarla y analizarla desde allí. A muchos Cuba le queda enorme porque no pueden entender que un pueblo sienta que el otro es parte de uno.
Hay necesidades en Cuba, hay enojo en un sector de la sociedad, hay miradas distintas. Quizás algunos prefieran que Cuba sea Panamá, Haití o Puerto Rico.
